Tullido, inválido emocional (sirva para todos los sexos, tanta arroba es una lata estética), así como retrasado o incapaz o tarado emocional: palabras mayores que cada cual aplicará según considere, pero que no vienen a cuento en lo que se refiere a mi pregunta.
Indocumentado emocional es más leve. Puede ser alguien que no lleva el corazón porque ha salido sólo por un rato y cree que no necesitará usarlo, y entonces el Destino le pone delante al Amor de su Vida y el otro, o la otra pobre se queda sin aliento, no sabe qué hacer. Lo más sensato sería (siempre mejor pasarse por más que por menos) agarrar al interlocutor, ir con él a casa, ponerse el corazón y empezar de nuevo.
También puede ocurrir que la indocumentada o el indocumentado lleven el corazón tan manoseado en la cartera, a fuerza de sacarlo y meterlo en grietas de amores automáticos que cobran alta comisión; que se sienta tan ahíto de esfuerzos que simplemente no recuerde dónde lo ha puesto, o para qué sirve. En cuyo caso necesitará un lento y doloroso (para él/ella y quien le acompañe en el trance) proceso de recuperación.
Está aquel o aquella que, por el contrario, lleva tanta emotividad mal metida en la abultada billetera, exuda tal cantidad de necesidad afectiva, que literalmente pone al contrario en huida libre. Es esa persona que te escribe para recalcar que ahora ya no te escribe tan a menudo, o que te llama para recordarte que ya no te telefonea seis veces al día. Muchos papeles de identificación. Demasiados. Y ninguno resulta efectivo, porque se han desvalorizado con el uso.
Y está quien tiene un pasaporte sin sellos, intacto, guardado en un cajón. De vez en cuando lo mira, lo soba, lo sueña, imagina cosas, las goza consigo mismo. Algún día…, se dice. Vendrá la persona adecuada, la culpa de lo que ocurre no es mía, lo que pasa es que los tíos son un horror, o a las tías no hay quién las entienda. Algún día…
Sin juzgar a nadie, pero describiendo, he aquí algunas explicaciones o complicaciones.
Gracias por complicar y aclarar. Sin quererlo (o queriendo que te veo venir) has escrito un decálogo de lo emocional ante la «Teoría postcolonial y de género: la ciudad global y su representación», que es un ensayo que he comprado ayer de Alicia Menéndez Tarrazo y que ya he empezado a devorar, o sea que no es que no me guste leer sino que entre las presbicias de pre-anciana y los bodrios que circulan, leo lo que me da la gana…
Por cierto, lo has bordado, te ha salido una poesía de los más hondo del «cuore»…
¡Pedazo tratado de/sobre inteligencia emocional nos acabas de regalar!
Una joya eres Maruja, una joya que no deja de sorprender.
Pregunta: una vez te adentras en la década prodigiosa (recién acabo de celebrar con los míos al ritmo de «60 años no es nada»), sigo con la pregunta ¿queda algo más que mirar al boss? Otro puntazo que ayer me encantó y me vino bárbaro.
Muchos besos.
pues ahora creo que lo he comprendido , gracias por la aclaración ha sido muy instructiva, perfecto resumen , didáctico pero emotivo, de casi todos los tipos de indocumentados.
Que estupendas canciones y que gusto ver al Jefe tan joven y jovial, ése , ése tiene pinta de ir siempre con documentación.
Realmente muy buena la explicación sobre el Indocumentado emocional.
De todas formas es difícil que los zapatos estén como el 1º día, después de un largo recorrido… Es necesario sacarles brillo de vez en cuando.
Pues yo ahora lo entiendo, lo que no acabo de entender o me preocupa, es lo difícil que parece documentarse emocionalmente, vamos que tiene que tener su truco.
Cuanta sabiduría, cuanta seguridad en tu discurso.
Si yo diera un consejo a alguien le sugeriría que no fuera como yo… y acertaría de largo !
Felicidades
Divino Maruja !! tienes el don de hacerte entender. Me gusta leerte porque desde la primera frase sabes hacernos entender y es que hay tanta gente que habla o escribe tanto para no decir nada…. Bravo por llevar siempre tú «documentación».
Pues a ti te pega más ésta, como la de Les Negresses o Manu Chao o Zebda o… lo que pasa es que es una contradicción clara con eso de ‘indocumentado’. Complicado, sí.
Estoy en otro sitio. Me pillas desprevenido.
Y los hay que llevan una caja china por corazón. Lleno de compartimentos secretos que no se atreven a abrir y, cuando los abren, aquello es como la caja de Pandora. Y uno se encuentra tristezas, alegrías, dolores, pérdidas, encuentros, sueños, frustraciones y un sin fin de preguntas sin respuestas. Un largo camino para hallar el final del mismo o, al menos, el sendero correcto, el que te lleve a donde querías llegar. Magnífico post, Maruja. Un beso
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Como te enrollas amiga !
A lo mejor el indocumentad@ si llevaba el corazón, pero no las gafas.