He despertado a las 6.54 y he hecho -después del pis- lo que más me despeja: pasarme dos algodones empapados en loción limpiadora por los ojos. ¡Fuera legañas! He abierto el balcón y Talaat Harb seguía en su sitio. Sin un coche. Los cairotas son tardones en levantar la tienda y tardíos en llevársela. Me he puesto a mandaros fotos a través del Alma Buena (me avisa de que os las colgará a medio día, pues tiene reunión), y como esta conexión tarda tantísimo en cargar las páginas, mientras lo hacía me ha dado tiempo a: corregir el último capítulo de la novela e iniciar el nuevo; tomar nescafé muy fuerte y sin azucar; tejer la colcha que estoy haciendo, y sacar una puntuación de mil y pico jugando al solitario pirámide. Por cierto que mi peluche no es tal sino un ‘lanuche’ (de lana de oveja merina), y no es mío, sino para mi querido niño Adrián, de dos años y medio, mi prometido por más señas (yo estoy tratando de hacerme niña para merecerle). El caso es que no me cabía en la maleta y decidí llevarlo conmigo como amuleto de viaje. Adrián y sus padres deben de haber regresado a El Cairo ya, seguro que un día de estos nos vemos.
Mi plan para hoy es, ante todo, escribir la columna para El País de mañana. Luego ir a inaugurar la piscina del Semíramis, que ofrece servicios más completos que el Marriott, al menos en lo que se refiere al entorno, un buen fitness y,tachán, ¡masajes! Mi espalda empieza a necesitar uno con urgencia. Claro que lo que más necesita es un cambio por una espalda de 20 años. Pero esto es lo que hay.
Ayer hablé con mi amigo Manuel, que vive aquí con Dana, que es libanesa, y están los dos en Libia; vuelven en una semana. También recibí una llamada de Adrián el Grande -un amigo de mi edad- desde Tenerife, que llega el 13 con Violeta, su esposa egipcia copta. Y Jesús me ha mandado desde Beirut foto de la niña recién nacida, Clara, que él y su Pascale han recibido como regalo por lo buenas personas que son. ¡Dos niñas y una boda en Beirut! Hay que decir que tengo por allá un buen pedazo de mis entrañas. Del 15 al 18 voy a ejercer de dama de la familia (tres familias).
Bueno, gente, os dejo que he de empezar a buscar un tema para la columna.
Transmites una vitalidad tan contagiosa y tan de agradecer…
Pero te aviso respecto a volverte niña; si fueras a la escuela en estos tiempos recibirías rápidamente un diagnóstico de no te menees: entre altas capacidades e hiperactiva, o sea lo más difícil, listos, muy listos, que no paran… plantean tal reto y tal exigencia que, a menudo, son ellos, esos niños o niñas, los que salen mal parados, no te lo aconsejo. También comprendo a la maestra que tuviera un torbellino así en su grupo…conste.
Bueno mira qué reflexiones, que alégrate de no ser niña, total paqué, cultivas muy bien las amistades jóvenes y eso sienta bien, siempre se pega algo.
Maruja, con tantos conocidos en tu viaje , va a parecerte que sigues en tu barrio, ¡llenariaís una comunidad de vecinos!. Tú, ¿no te desconcentras nunca?. ¿Cómo puedes pasar de escribir a jugar al ordenador, a escribir, a enviar emails, a escribir, a callejear, a escribir , a hacer relaciones públicas, a escribir, a hacer fotos, a escribir ……
Qué entrada más interesante…..la del pís y la loción, digo
Transmites cariño en tus palabras de hoy. Me haces sentir útil. Eres formidable. Tu estilo es poliédrico, respiro y también me asfixio con tu humor, tristeza, indignación, cariño. Y esa preocupación por las injusticias que me detienen, me obliga a pensar incluso cuando no te sigo. Eres coherente en un grado nada desdeñable. Ojalá hubiera tenido el gen de tu resistencia, el mío es distinto. Espero que sepas que no hablo de curro sino de ver la vida. Perteneces a una generación única. Eso es juventud.
Punto pelota. Nos vemos.
Punto pelota a lo tuyo, Tomás. ¿No eras tú el que decía que Maruja es de todos? Pues eso. Las fotos están chulas, documentales e informativas más que artísticas. Coincido con el personal en que eres divertida. Espero la columna con interés. Compraré antes el periódico porque ‘pincho’ poco internet. Seguro que nos sorprendes. ¿punto pelota? Pues yo corto y cambio. No te digo…