… rechazar lo musulmán y lo cristiano. Pero, ¿negarle el pan y la sal a la persona común y corriente que ha nacido en ésta o en aquella parte? ¿Y qué más? ¿Arrasamos el Vaticano y de paso la obra de Miguel Ángel, y con el Barrio Islámico de El Cairo hacemos fuego? ¿Visitar todo eso supone ser partidario del bautismo obligatorio o del ramadán ídem? Nos estamos metiendo en un jardín y sólo el sentido común o el sentimiento común puede impedir que nos enredemos los pies en nuestras propias ortigas.