Como dice el fotógrafo Edu León: mientras denunciamos la ley racista de Arizona, cerca de aquí suceden cosas. Edu lo sabe. El fotoperiodista intentó documental un control de papeles en la estación de metro de Legazpi, pero fue denunciado por el personal de seguridad. Edu hace un trabajo difícil. Se dedica a captar las imágenes del lado más oscuro de la inmigración, de las sevicias y el acoso a que son sometidos los inmigrantes en España, sobre todo en Madrid, en donde las violaciones de sus derechos como seres humanos son insoportables, aunque llegan también datos muy alarmantes de la Comunidad Valenciana. Edu fue detenido ese día (24 de julio) y retenido durante horas en la comisaría de Puerta del Sol, y se le confiscó la cámara, que a estas horas sigue en poder de la policía. Os subo un vídeo realizado por él, su compañero Olmo Cayo y también por David Fernández, colgado en la Red para que se sepa la verdad: que en los Centros de Internamiento se les maltrata, que en las calles se les persigue, que el objetivo es que se vayan, hartos de tanta persecución, o de expulsarlos a las malas. No somos estupendos y, en cierto modo, si no controlamos, todos vamos a ser Arizona.
Contar la verdad 2
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Yo fui inmigrante a los 21 años, legal a veces y sin papeles otras. Como he cometido todas las perrerías posibles en aquel momento, entiendo muy bien a los inmigrantes. Eso sí, fui inmigrante en un país donde estos están muy controlados por el gobierno para que no superen el porcentaje correcto en cuanto a la población nativa del país. Al contrario que aquí, podía encontrar al día 3 trabajos, pero la policía no daba permiso de trabajo y la mayoría de los patronos lo exigían.
Aquí en España encuentro que muchos españoles que fueron en su día emigrantes han borrado de su mente esa época de su vida, algunos para olvidar lo que sufrieron, otros porque ahora no les interesa recordarlo, pues fueron privilegiados (hablo del entorno que yo tuve en aquel tiempo, y me sirve de muestra).
Por parte del gobierno nunca se ha hecho nada para controlar la entrada de los emigrantes, por temas laborales lo sé cierto, pues en tiempo de Aznar, que dicen que controlaban, usaban los cupos (permisos para traer emigrantes oficialmente) para regular los miles que ya estaban aquí, por lo que no se conseguía traer a nadie oficialmente.
De todos aquellos polvos tenemos ahora estos lodos… y ahora actúan a la desesperada.
Por cierto, quiero recordar aunque yo misma lo haya hecho, que cruzar una frontera ilegalmente SIEMPRE ha sido delito.
Ayer hablaba con una inmigrante polaca que trabaja, en un bar de la costa, los fines de semana. Termina el trabajo de madrugada y a esa hora se encamina a su casa que está a 5 kms. andando. Procura no ir sola porque los » buitres » ( que solo han sido capaces de beber por su inutilidad para ligar ) estan al acecho. Aunque ya se han dado casos de violaciones y no iban solas. Mañana sale para Lleida a recojer la manzana. Me alegro.
La banda más peligrosa de rumanos, en la zona de Levante, ha sido desmantelada por la policia. ¿ A qué no adivinan quien era el Jefe ?.
Pues un cabo de la Guardia Civil.
Os invito a leer este post sobre la tolerancia que acabo de publicar en mi blog:
http://observadorsubjetivo.blogspot.com/2010/07/realmente-importa-donde-has-nacido.html
Ya es bien sabido que existe una pequeña Arizona en pleno barrio de Lavapiés, incluso mucho antes de la envestida de la nueva y no menos racista ley migratoria SB1070.
Como frecuente asidua de uno de los mejores barrios de Madrid, y exactamente en la calle Ministreles y su correspondiente plazita colorida, multicultural e inmigrante, he podido observar en numerosas ocasiones; algunas a pie de calle, otras desde mi balcón, otras muchas paseando con mis amigos ‘los inmigrantes’, cómo la propia policía ‘pasea’ vigilante y expectante ante la más mínima sospecha de ‘ inmigración ilegal’ que pudiera acontecer. Hablo de amigas-os procedentes de India, de África, de Latinoamérica…que ultimamente están experimentando más que nunca la inseguridad y la vergüenza que pueda producir un ‘checkeo’ de papeles en plena calle por la simple razón de ser sospechosos y cómplices de la inmigración ilegal. Sospechas fundadas por el color de su piel, por sus rasgos faciales, por su total y explícita muestra de su ser en un lugar donde las autoridades no consienten recibirlos. Hablo de Sergio, al que un día tras otro le piden la documentación. Hablo de Nasyih, al cual le ocurre lo mismo. Y así sucesivamente.
Esto tiene nombre y se llama ACOSO. Animo a que sigamos luchando y mostrando cómo actúa la policia; el desmesurado control social al que estamos expuestos y la propia ilegalidad que desprende la seguridad de nuestro país.