Nunca sé si Miguel Ángel Fernández Ordóñez, cuando dice lo que hay que hacer, está aconsejando al Gobierno, o está dictándole a los mercados en dónde tenemos la yugular. Cómo lamento que sea su hermano mayor, Francisco -que nos dio la ley del divorcio, entre otras cosas- quien ya no se encuentre en activo. Ni vivo, claro.