Fue en efecto un siglo repugnante, de guerras, de brutalidad… En esa primera guerra mundial de la que tan certero retrato hace Senderos de gloria quedó inaugurada la certeza de lo que los gobiernos y  los hombros son capaces de hacer cuando empieza una era de progreso y riqueza como no se había conocido antes: matarse. Siempre me aterra pensar que los ciudadanos se alistan para asesinar a otros ciudadanos sólo porque sus gobernantes les dicen que la suya es una causa justa y que matar en la guerra es legal. ¿Alguien por ahí ha leído Los Thibault?

Pero hoy estoy aquí porque quiero pediros vacaciones hasta mañana. Necesito hacer algo: reflexionar mientras paseo junto al mar en este día muy nublado, sentarme, tomar notas, reflexionar. Y decirme, una vez más: qué bello es vivir, que suerte tienes, Maruja.