No ha caído vencido por tanta gente que le odiaba o se rió de él en aquella sesión del Parlamento en la que habló alto, claro, y limpio contra los señoritos, los caciques de la política. De aquel día recordamos sobre todo que los mandó a la mierda, pero hay que escuchar el corte completo: hablaba de Aragón, de los engaños, hablaba de nosotros. Hablaba, como siempre, en nombre de la tierra.
No ha caído vencido este árbol respetable, firme, de tiernos brotes. Qué más quisieran. Se le ha llevado la muerte esta primera floración, pero de José Antonio Labordeta quedan los frutos, queda su poesía, quedan sus palabras, queda el resultado de su trabajo, de su esfuerzo. Queda la siembra. Abrió caminos, y no sólo cuando mostró sus raíces en TVE.
Comí con él hace cosa de año y medio, cuando vino a poner su enfermedad, demasiado tarde -como vemos- en manos de un buen especialista barcelonés. Fue una comida inolvidable, en casa de amigos comunes, con más amigos comunes en torno, con vino, risas, y él, más animado porque había recobrado calidad de vida y de esperanza. En pleno almuerzo llamó, desde México, un amigo de todos, de los tiempos de Andalán. Conservo aquellas horas, con un Labordeta chispeante, rápido de lengua, suave de ojos, como uno de los mejores recuerdos de este último tercio de mi vida. Igual que conservo, de aquellos años oscuros de mi juventud en que él ayudaba a romper la niebla, su voz y su palabra.
Hoy, en una radio amiga -no quiero saber lo que dicen las otras, las de la caverna-, el joven que glosaba la necrológica -porque a los muertos se les glosa, qué se le va a hacer, no pueden defenderse- le ha llamado Jose Antonio de Labordeta. Debe de haberse desconojado al oírlo, allá en el cielo de los hombres buenos. El cielo de los imprescindibles, amueblado con las memorias de quienes les amamos.
Batido, que no doblado. Por fin sin hijos de puta en tu paisaje. Siempre en el recuerdo, compañero Labordeta. Siempre en el amor y en la lealtad. Salud y Libertad.
Ya andará por ahí, hablando de Aragón y enseñando libertades.
Triste noticia para abrir el domingo. Ya estara’ viajando con la mochila…
Somos igual que nuestra tierra
suaves como la arcilla
duros del roquedal.
Hemos atravesado el tiempo
dejando en los secanos
nuestra lucha total.
Vamos a hacer con el futuro
un canto a la esperanza
y poder encontrar
tiempos cubiertos con las manos
los rostros y los labios
que sueñan libertad.
Somos como esos viejos árboles.
Precioso y sentido homenaje, pero sin sensiblerías, como a mi me gustan. Gracias. 🙂
No por esperada, es menos dolorosa una partida. Lo vamos a echar mucho de menos.
Salud y libertad, Maruja.
Bellísimas palabras para un amigo de tantos que no le conocíamos.
Me he erizado completa, Maruja.
Gracias por el sentimiento y la razón.
Profesor, le pensaremos, le seguiremos leyendo. Le seguiremos escuchando.
qué homenaje más bonito. Una hermosa despedida que no por ello la hace menos triste pero sí algo menos dolorosa.
Estoy con Mertxe.
Preciosa elegía para un tipo integro, que siempre supo batirse en duelo contra quiénes pretendían arrancar sus raíces libertarias de cuajo, un tipo del pueblo, uno de los nuestros. Nobleza baturra que ni se compra ni se vende, solo se transforma en agradable memoria colectiva.
Hasta siempre, compañero.-
Yo siento lo mismo que vosotros. Hoy tengo muchos nudos, uno en el corazón, otro en la memoria, otro en la garganta, otro en el estómago.
Para mí la cultura de Labordeta es la cultura de verdad, con mayúsculas. La cultura útil a los demás, con raíces y con proyección. Lástima que los de siempre nunca lo han escuchado pero tenían en frente a un hombre honesto.
Adiós a los que se quedan, y a los que se van también…
:´(
Hemos coincidio hoy en el tema por la circustancia lamentable de la muerte de Labordeta, pero en lo que más coucidimos es en la admiración por este hombre noble, que supo luchar contra corriente con valentía y con sentido del humor, sin doblegarse en momento alguno.
«Por la mañana rocío
y al mediodía calor;
por la tarde, los mosquitos.
No quiero ser labrador.
Me sumo, Maruja. Precioso homenaje. Gracías. Inolvidable Labordeta. Compañero de nuestras vidas, compañero.
Tierno y cascarrabias, entrañable Labordeta.
Le había oído cantar, sus jotas, esa voz importante, sentida, sensible; después sus trasiegos por España con la mochila, qué bien explicaba el paisaje. El día del Parlamento estuvo tan contundente, tan unido a nosotros porque todos hubieramos contestado así, que fué una delicia oirlo. Da lástima que el cáncer de las narices se lleve prematuramente a estos personajes tan nuestros. Un beso (yo tambien lo tuve y voy pasando la ITV)
Siempre pienso cuando alguien,amigo,desaparece en presencia que nadie desaparece si hay alguien que le recuerde.La memoria es la vida.Recordemos a José Antonio Labordeta por su humor,su compromiso,su franqueza,su aragonesidad.¡Hay tantas cosas que le recuerden,que Labordeta nunca morirá!
Gracias Maruja, una vez más, por saber estar donde hay que estar, decir lo que hay decir, y no callarte lo que no debemos callarnos!
Con Labordeta se va una parte muy importante de todos nosotros, aragoneses y no aragoneses. Pero mientras sigan sonando sus letras, sus textos, sus canciones por todos los rincones Labordeta seguirá aquí, con nosotros!!! …y a los que se van también!!!
Un fuerte abrazo para todos los que hoy lloramos!!
Gracias por tus palabras, somos muchos los que desde Aragón lloramos al que se marchó, pero en vez de grandes palabras inundamos el aire con sus palabras, acompañadas de una música que siempre fué acompañamiento.
Un beso
Él cantaba y nosotros con él:
Habrá un día en que todos
al levantar la vista,
veremos una tierra
que ponga libertad.
También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver,
pero habrá que empujarla
para que pueda ser.
Y creo que debemos seguir empujando porque esa tierra la veo casi más lejana que cuándo lo cantábamos hace ya tantos años.
Desaparecen los hombres y mujeres lúcidos y honrados y nos quedamos con sucedáneos que no valen para nada. ¡qué desolación!
No lo olvidemos por favor y sigamos intentado conseguir la utopía.
Salud
Gracias, Maruja, por este precioso homenaje a una persona que casi todos queríamos, respetábamos y admirábamos,
salvo Aznar y alguno más de su calaña.
Lo echaremos de menos en todas nuestras luchas por la libertad, no tenía pelos en la lengua y siempre estaba con los más desfavorecidos, era un hombre bueno, honrado e íntegro.
¡Descanse en paz! nunca se irá del todo, porque estará con nosotros cuando cantemos sus canciones, cuando leamos sus libros o veamos alguno de sus programas de televisión.
Un abrazo muy fuerte
Mª Dolores
Siempre le he admirado, me gustaba su personalidad , su vida , sus canciones , su mochila, su vida valiente y COMPROMETIDA , uno mas entre la gente . Adios amigo y compañero que sin conocerte me has hecho la vida mas agradable.
Labordeta, seguiremos tus pasos, fieles a tu legado, has de saber que las semillas que sembraste dieron fruto y, como homenaje a tí, hoy les digo a los que tanto te odiaron ( la incultura los tiene atados al miedo): ¡»A la mierda»!
Me uno al recuerdo y a la tristeza por la muerte de LABORDETA. Otro Ser admirado y admirable que se ha adelando en el camino . Otra dolorosa ausencia…. Y gracias, Maruja, por tus palabras.
Suelo, suelo, suelo y utopía. Que se siga contagiando.
Que solos nos están dejando, coño. Pero que afortunados hemos sido de poder disfrutarlo, y de seguir aprendiendo de los frutos del compañero Labordeta.
Gran post Maruja. Muy grande. Un beso.
De un tocayo suyo.
http://www.musica.pro/artistas/Bunbury/Frente-a-frente.html
Desde luego que era alguien digno de admirar. Como él había pocos.
Descanse en Paz
Carlos
Genial despedida.
Un saludo.
Salgo al balcón.Tropiezo con la barandilla.Está muy oscuro y no veo la mancha negra,esa mancha que he visto y he oído latir,chap,chap, allá abajo,muy lejos.Noto mis ojos húmedos,mis mejillas mojadas.¿Llueve?.No.Son lágrimas,que resbalan de mis ojos,esos ojos que no ven porque los cubren la tristeza que me produce la muerte de un amigo.Me acerco al tocadiscos y pongo en el plato “Canto a la libertad”.No se ha ido.Está aquí,conmigo, a mi lado.
Una persona tan entrañable y tan cercana que le tenias cariño como si fuese algo tuyo. Al conocer la noticia de su muerte lo he sentido como una perdida personal. Estan desapareciendo personas que no tienen repuesto. Que pena.
Labordeta siempre me ha parecido un hombre muy consecuente con lo que decía, algo raro hoy en día. Para mi, se quedó un poco corto aquel día en el congreso con aquella piara de cerdos. Aún así, le envidié.
Por cierto Maruja. Leí tu articulo «insectos muertos». Me dió que pensar, ya sé que hay muchos de éstos, pero a veces es difícil darse cuenta que están a tu alrededor. Me llamó mucho la atención el dibujo de Ágreda.
Otra cosa. Desde el año sesenta hasta ahora, sólo han pasado cincuenta años, no sesenta. Te lo digo porque te equivocaste en las cuentas en una de tus entradas. No recuerdo cual. Es lo que tienen las matemáticas, que son exactas, no te engañan.
Labordeta estarà en el cielo de los valientes, justos, coherentes, fieles a sus libertades…
Pero sus raíces estàn firmes en la tierra para los que aún podemos comulgar con el.
Precioso homenaje, gracias Maruja. Hay referentes culturales que no deberían desaparecer nunca, pero eso es muy egoísta por nuestra parte. Quien tanto ha luchado y vivido tiene que llegar un momento que espera, e incluso pide, una merecida tregua, para tomarse un descanso. Creo que todos nos lo imaginamos marchándose con su cayado y su mochila a cuestas, perdiéndose de la vista por un camino cualquiera.
Que mayor me vuelvo…….no me atrevo a ir al velatorio de La Alajaferia…….solo de escuchar sus canciones me pongo a llorar.
¡¡¡¡Gracias por todo!!!!!
Ayer la Humanidad perdio una gran, gran persona
Precioso texto, nada mejor que compararle con un árbol, en este caso lleno de coherencias y sabiduria, con él se va parte de mi musica de adolescente, y me queda su voz y sus palabras.
Vaya … ahora somos mud@s ¿quién pone la voz? que siempre ponía él, sin esperar nada a cambio, sólo el agradecimiento y la complicidad de lo hecho, que si lo hacía era por que creía que debía hacerlo.¡Hasta siempre! y Muchas gracias.