Perdonadme -pero creo que lo entenderéis- si hoy no quiero escribir. Palabras las mínimas, para que todo el espacio se llene de las de Labordeta. Hoy es tiempo de resaca, de sacudir el dolor de hojarasca y colgarlo en el balcón, para que acompañe otros dolores, otras pérdidas. Para que acompañe la mecedora de los días que quedan por vivir.
Hoy, silencio
9 Comments
No se permiten comentarios.
respetamos tu duelo
Si, Maruja, las emociones fuertes dejan K.O. Al principio la excitación y perpejlidad por algo, que aunque sabíamos, nos hace compartir, escuchar, pero al final quedamos como con una resaca de demasiadas cosas vividas en unas horas. Casi toda nuestra vida desde la adolescencia hasta ahora. Porque una cosa te lleva a la otra….
En la resaca constato que ayer- y hoy también- se ha cumplido mi sensación de la mañana de que todo el país cantaba y cantaba con él como yo, y que si abría la ventana abría un clamor….
Todo el día, todos los contactos, las radios, los blogs, los correos, el feiss, el teléfono y la media docena de personas con las que hablé, TODAS estaban con el amigo Labordeta en los labios, hoy también desde temprano, la radio, los periódicos de papel, yo pocas veces había visto algo tan unánime.
Lo que hacen los hombres buenos.
Abrazos.
abría/ habría
¡qué horror, qué falta! mis disculpas.
Estoy triste.
Me entero a las 3h de la mañana, delante del espejo, pongo la radio, tengo un algodón en la mano, voy a limpiar mis ojos, mi cara, de pronto lo oigo y ya no me veo, sin darme ni cuenta mis ojos se empañan y mis lágrimas limpian mi cara.
Venía de una agradable cena de amigos, amigos del alma, con los que he compartido precisamente esos años estudiantiles en Barcelona, años divertidos, libres, comprometidos, lejos pero cerca de esa tierra mía que es Aragón, años en los que nos acompañó esa voz potente, tan particular, tan aragonesa y sus canciones cargadas de contenido, desgarradas, duras pero también poemas de amor y de esperanza.
Muchos años han pasado desde entonces pero en todo este tiempo nunca he dejado de emocionarme al oir una canción suya o de seguirle en su andadura, ya sea con su mochila, su poesía …
me siento huérfana
me siento triste
Yo sigo pensando en él. En cómo, contra viento y marea, ha seguido fiel a sus ideas, nunca se ha contradicho, ni le ha fallado a su gente y , como dice Sabina éste no ha cambiado de chaqueta.
Lo recuerdo en un camerino, poniéndose base para evitar los brillos en su piel.
Qué bien de aquellos que gustan de evitar los brillos. Solo así podemos saborear los medios tonos.
Un beso, José Antonio.
Me emociona tu recuerdo, pero no me apena tu ausencia; pues tú, que ya no oyes, sabías que existimos para irnos alguna vez.
Le voy a hechar mucho de menos, aunque eso tiene su relativa importancia. El problema es que le vamos a echar mucho de menos.
mierda de h, ¡no miraré primero!
Bueno, da igual. Me tienta seguir. Me voy a escuchar unas canciones.