No resulta fácil desde El Cairo, esta mañana, porque apenas puedo leer otra cosa que los titulares de prensa. Parece que ha sido una astuta maniobra y políticamente (entendedme: electoralmente) rentable, la prueba es que los medios de la derecha parecen bastante noqueados. Ahora bien, pasamos a otra cosa, claramente. Se acabaron los gestos, las propuestas progresistas sacadas de la chistera para enmascarar una dirección económica conservadora como poco… Y sin embargo, ¿por qué ya echo a faltar al menos aquella ineficacia bien intencionada, y tiemblo ante el pragmatismo que viene? No lo sé. Y, por otra parte, Rubalcaba me cae fantásticamente: creo que no ha dado aún ni la mitad de lo que puede. La pregunta es: ¿cómo es la otra mitad?

A ver si la Pajín pasa breve -y levemente- por Sanidad y no la desmonta más aún. Y en lo laboral, ¿un Gómez contra otro Gómez (Tomás), que asoma oreja? Uf, qué de maniobras.