Tenemos que nutrirnos de lucidez, de valores, de resistencia. Estoy con Maalouf cuando dijo en Oviedo que este siglo es de retroceso ético (me he despachado a gusto con el papa en la columna de mañana), porque hay un descaro inclasificable en lo retrógrado. Mira que venimos haciendo el cangrejo desde los 80, pero me parece que ahora ya no nos queda ni memoria de aquel inicio, y que aceptamos lo insoportable con naturalidad. Ocurre lo intolerable y los llamados analistas lo explican: resulta que Obama tiene la culpa del Tea Party, porque es demasiado fino para los estadounidenses. ¿No será que hay manipulación de la ignorancia, que hay millones metidos en las campañas, que la Faes está en todas partes?

Tragarse las ruedas de molino es el primer error. Lo demás viene por añadidura.