El derecho del periodista a hacer uso de las fuentes incluye también el de utilizar los documentos que dichas fuentes le suministren -previa comprobación a prueba de fierros, naturalmente-. ¿Cómo demonios pensáis que nos enteramos del caso Gurtel? ¿Yendo con la cestita por el campo en busca de noticias? Amos, anda.
Y además, como debe ser. Que el poder nunca duerma tranquilo, ésa es la misión del periodista. Se la cojan o no los lectores con un papel de fumar.
Esto de levantarse cada mañana con un sobresalto va a acabar con nosotros. Escucho en la SER hace un rato que Esteban González Pons pide a Wikileaks que investigue a Rubalcaba, sus años próximos al GAL, sus años de portavoz…, en fin, todo, porque -asegura don EGS- nos va a sorprender y -añado yo- va a caer un mito.
A mí mitos ya me quedan pocos por tumbar. Pero anda que habló de putas la Big Shoes!! Hansel y Gürtel, temblad por nosotros.
«jura» de los nuevos ministros,
crucufijo presente,
promesas ante el monarca,
jura para guardar, bajo secreto, lo acordado en Consejo de Ministros, sonrisas y fotos,
anécdotas y risotadas…
pena que no se ponga la mano, de cada ministro, encima de la cabeza de un ciudadano, bajo promesa de no defraudarle !
pena de intermediarios…
¿No te parece, Maruja, que el poder estaba durmiendo bastante tranquilo? De no ser por Wikileaks, no veo yo que la prensa ose levantar la voz. Ya hace tiempo que busco en los periódicos las secciones de Opinión o las viñetas, donde suelo hallar una aproximación a lo que de verdad ocurre. De las noticias ya hace muchos años que saqué mis conclusiones en propia piel, aunque últimamente el descaro se ha manifestado abiertamente. ¿Libertad de expresión? ¡Ja!
Menos mal que aprendimos a leer entre líneas en los años de paco y de algo nos sirve ahora -de nuevo-, y el acceso a otros medios nos facilita sacar conclusiones más o menos acertadas.
Por cierto, la noticia ayer de la facturita que les presentan a los usuarios de la Seguridad Social de la Costa del Sol, lo que ya ocurre con los de Valencia y Galicia, me parece de lo más desatinado. Escribí sobre ello hace unos días y lo copio aquí:
RACIONALIZAR EL GASTO DE LA SALUD PÚBLICA
El domingo 19 de septiembre por la noche, presté de pronto atención a la tele porque un señor explicaba que querían “racionalizar” el uso que del servicio sanitario hacemos los españoles.
Me entró un escalofrío que me recorrió toda la espalda. Llamé al médico de guardia para que me extendiera una receta. Mejor dos, por si pudiera haber efectos secundarios. Por si acaso, pedí también una ambulancia que me llevó a urgencias, para que me hicieran unas radiografías, un chequeo completo con su tac, su escaner y lo que hiciera falta.
Como notaba mi corazón, por el resto de la noticia, algo acelerado, ingresé unos días a fin de que me tuvieran en observación, no fuera a ser que me diera un infarto, eso sí, con una dieta especial que, de pronto, me entró una alergia, no confirmada, a la comida barata.
Pero, ¿qué se creen? ¿que todo esto no depende del criterio facultativo? ¿pretenden ningunear a los médicos? Dijo también que al final del ejercicio -con el turrón navideño, supongo- quieren enviarnos la factura con el importe desglosado -o no- del despilfarro que los paliativos de las enfermedades o accidentes de cada uno de nosotros han supuesto a la Seguridad Social; así podremos sentirnos culpables no solo por no estar sanos o por tener la mala pata de haber sufrido un accidente, sino también por costarle un pastón a la SS.
¡Vaya perversión! Ni que hubiéramos ido al super con el carrito de la compra a elegir enfermedades y remedios sin reparar en gastos, frívolamente. ¿Que se gasta mucho? No tengo la menor duda. Empiecen por ahorrarse el tiempo y el dinero del papel de las facturas, que no depende el acceso a la medicina y al uso de los servicios médicos del usuario, sino, como es natural, de lo que el doctor correspondiente decida según el estado de salud del paciente. Ya que de ahorrar se trata, una gran vía de escape por donde se va el dinero a raudales es la forma en que se distribuyen los medicamentos: más sensato sería que el médico prescribiera la cantidad justa de pastillas, por ejemplo, que necesita un enfermo, que la farmacia las suministrara en una bolsita, y que la empresa farmaceútica las distribuyera a las farmacias a granel -ahorro de cartón en cajas, de pastillas que sobran siempre, y de paso se evitaría la automedicación.-
Aun a riesgo de pecar de impopularidad en el gremio de la sanidad, me siento obligada a decir que no sólo, lamentablemente, es en este ámbito donde ocurre que los funcionarios responsables del material de las diferentes entidades públicas no custodian adecuadamente dicho material, ya sea por falta de conocimiento de la condición humana, o porque no aprecian en su justa medida que los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos tanto los salarios del personal de los hospitales públicos, como el mismo hospital, así como cualquier tipo de material incluido en él. Y si bien la mayoría del personal sanitario procede honradamente, es mejor no tentar al diablo.
Las recetas ya podrían estar completamente informatizadas, sin necesidad de papel, o cuando menos, no constar de dos folios, uno de los cuales va a la papelera y del otro, la mitad, por lo menos, sobra.
Estos y otros derroches que se me escapan suponen un enorme gasto para la Seguridad Social. No necesitan buscar culpables donde no los hay. ¡Ah!, dicen que lo de la facturita no es para cobrarnos el gasto. Que se les ve el plumero. ¡Vamos, anda!
Otra razón que esgrimía, el portavoz de tan singulares ocurrencias, era que pretendía que no acudiera tanta gente a urgencias de forma innecesaria -me temo que aquí me perdí algo: quizás el pago de un peaje…- No se me ocurre mejor lugar al que ir para pasar las horas. Desde luego allí uno está tan ricamente mientras se muere de dolor, de angustia, o de rabia cuando ve como corre el tiempo y no hay dios que te atienda. Sólo tienen que poner un cartel con una relación de los centros de asistencia, para casos que no sean de urgencia, a los que deben dirigirse según el barrio al que pertenezcan y la advertencia de que solo se atenderán los casos verdaderamente urgentes. Puede que sea cierto que se haga un uso abusivo de ese servicio pero hay que ponerse en la piel de una persona normalmente siempre sana que nunca ha tenido que preocuparse de dónde queda su Centro de Asistencia Primaria, y que de repente se siente muy mal; pues va a donde más le suena: al hospital más cercano, que es lo que conoce porque quien más quien menos ha visitado allí a un enfermo.
Esa noche me acosté tardísimo. En vano. En ningún informativo posterior volvieron a hablar del tema. Tampoco en la prensa escrita. Da lo mismo. Ya tuve suficiente.
A mí me parece mentira que se guarden escritas estas barbaridades o supuestos secretos por parte de quienes las dicen o manejan. ¿Lo guardan para futuros chantajes? ¿Ya no existe lo de «una vez que haya leído el mensaje esta cinta se autodestruirá en 5 segundos»? ja,ja,ja,
¿Cómo se pueden fiar de los demás en ese mundo conspirativo y sucio de las guerras? Con tanto psicópata dentro, que si no lo son antes de ir sí lo son después de vivir una temporada en esas zonas de guerra.
No entiendo que guarden tanta información dañina para los que la editan.
La filtración no es el pecado, como nos quieren hacer ver, el pecado es que existan esos documentos, o peor, que esos documentos reflejen una realidad, no tanto el que los mismos sean filtrables
Sin lugar a dudas, el gran papel de la prensa es la fiscalía en nombre de la verdad.
Me encanta la vida pública filtrada, la privada es otra historia. . .
Muy bueno, muy bueno lo de la Caperucita.
Pero advierto mucha preocupación por la forma y poca por el fondo.
Poco se habla de los iraquíes, de las gentes normales que vivían bajo el régimen que les tocó (como nosotros hasta que el difunto se murió en la cama) y luego ése resultó ser su delito y les bombardeamos, y les desaparecimos y les amenazaron y expulsaron de sus casas, eso ya pasó a ser SU problema, los millones de refugiados están abandonados a su suerte, etc.
Ahora eso que sale nos parece todo «sabido», pues poco nos ha preocupado en los últimos siete años…
Mucho papel de fumar y mucha hipocresía. Mientras tanto tragamos lo que nos cuentan y aplaudimos (en general) menos mal que siempre alguien se saltará lo politicamente correcto para sacar los trapos sucios, el resto nos compete a la ciudadanía.
Y hola a todos, que hace días que no nos frecuentamos, un placer como siempre.