Los periódicos, durante el verano, han de salir de su rincón habitual para pasar el platillo. Es decir, deben ir a la caza de veraneantes, de aquellos que están de vacaciones y, se supone, no desean enfrentarse a noticias desagradables ni a reflexiones sesudas. Hasta aquí, vale. Las Revistas de Agosto ofrecen, además, algunos buenos bocados. Yo no me pierdo a  Millás cuando publica. Claro que no me lo pierdo nunca.

Ahora bien. Dado que los periódicos tradicionales, en papel o en su versión digital, son cada día más frívolos, ¿qué sentido tiene incluir suplementos  todavía más ligeros de cascos? Las lecturas, crucigramas, juegos… Tienen sentido. Pero la información que se da podría figurar en cualquier otro lugar del diario. De hecho, el resto del año figura en otras páginas.

No os subo nada de músicas ni otras delicatessen porque mi wifi va lento. Hoy ha salido el sol (sin fanatismos de temperatura) y voy a estrenar la toalla que compré en Gijón.