Yo también creo que opinar sin tener todos los datos puede resultar precipitado. Y que es prácticamente imposible conocer todos los datos. Pero podemos, más que opinar, tantear, buscar explicaciones. De eso hablaba yo. No de opinar ex catedra.  La ventaja de un post en un blog, por encima de un artículo o una columna en un periódico, es que suscita respuestas inmediatas, crea reflexión, se debate y se intenta avanzar en común.

Digamos que la violencia es la forma en que no se resuelve, pero revienta, una situación determinada. Eso en caso de las barriadas excluidas. En otras, en donde los cachorros bien nutridos de la civilización del centro comercial se cabrean cuando les cierran las fiestas, la violencia también revienta. El lema es el mismo: «Estos cabrones, que se jodan». Así de necio.

Ambas explosiones, por arriba o por abajo de la pirámide social, son un síntoma. Algo hemos hecho mal, como sociedad y desde las autoridades, abocándoles a un nihilismo destructivo. Yo conozco a muchos jóvenes magníficos, y sé lo que les cuesta abrirse paso, albergar esperanza en el mañana. Pero quienes tienen menos dedos de frente, un entorno social hostil y un individualismo feroz- y el instinto de pertenecer a una generación de antemano perdida- pueden creer que rebelarse es quemar coches y apalear.

Siempre ha sido rebelde, la juventud. El problema es ser rebelde sin valores. ¿En qué momento renunciamos a ellos? ¿En aquel en que preferimos poseer a conocer? Son preguntas que planteo. Carezco de respuestas. Salud.