Antes de irme a la cama, emocionalmente agotada y feliz, os he de decir que he mirado por encima vuestros comentarios y que estoy que levito. Sé que hay gente que me sigue para leeros a vosotros, y eso es mucho en este momento en que cualquier mostrenco con tribuna desvaría. Gracias por buscarme, encontrarme y hallaros entre vosotros. Como terminé con empacho literario, me fui al cine con una amiga: Mujeres de El Cairo que, aunque muy desigual, tiene secuencias e intenciones inigualables. Lloré al final como una perra llorona, luego nos fuimos al Salambó a por un gin-tonic y una tabla de quesos, y hablamos y señalamos lugares en el mapa.

Y ahora me voy al sobre, que mi Tonino desea fervientemente dormirse lamiéndome un pie. Ah, los placeres de la tercera edad. Buenas noches.