Literalmente, vamos a ver a Alain Delon en una secuencia de imágenes pertenecientes a A pleno sol, con la banda sonora de Nino Rota como fondo. Esta peli, dirigida por René Clément, es en mi opinión mejor adaptación de la primera novela de Ripley que escribió Patricia Highsmith… quiero decir mejor adaptación de lo que ella pensaba. Lo que fastidia el filme es el final: sacaron la moralina de la época (es de 1960 en punto) y metieron al chico en la trena, cosa que nos dolió a todos, porque la gracia de Ripley estriba, precisamente, en su impunidad. Y Delon es el Ripley más ajustado, pilló el carácter amoral del personaje. Hay una secuencia sublime, quienes la hayáis visto no lo habréis olvidado, en que el tío, después de cargarse a un pesado que se entromete en su camino, y con el cadáver en la cocina, decide ir a comprarse un pollo, meterlo en el horno y cocinarlo, mientras espera a que se haga de noche para sacar el cuerpo de casa. Cuando el pollo está listo se lo come con voracidad. Le importa un comino lo que ha hecho, sólo está hambriento.

Ocurre que hoy me he despertado con ganas de Alain Delon. He ido a la mina tube a por mi predilecta, Rocco y sus hermanos, pero pone de un triste que no es para estas horas. Sin embargo, A pleno sol es una agradable historia de asesinatos y suplantaciones, que transcurre en Italia. Y Delon … De joven era tan guapo que hacía daño mirarlo.