El desfile de meapilas de autonomías variadas en torno al oficiante mayor hizo que no prestáramos atención excesiva a las tonterías -la versión oficial estadounidense- que el presidente Rodríguez Zapatero les dijo a los soldados españoles, antes de intercambiar más bobadas con el corrupto presidente afgano y con el pétreo general USA. Que no nos vamos a quedar allí para siempre sino hasta que los afganos sean capaces de controlar el país por sí mismos. Es decir, nunca. Nunca y siempre a veces significan lo mismo.