Se merecen un viaje corto a la capital infgesa: Elizabeth Moss (la Peggy Olson de Mad Men, la hija menor del presidente en El ala oeste de la Casa Blanca) y Keira Knightley, de Expiación, los piratas de Johnny Depp y tantas otras. Parece que están estupendas. De La hora de los niños, un crudo drama de Lillian Hellman datado en 1934, pero por desgracia todavía vigente por su temática, y siempre atractivo por su intensidad. William Wyler rodó dos versiones. Una, en 1936, y otra en 1961.
La hora de los niños es la historia de dos grandes amigas que tienen una escuela para niñas. Una de estas pequeñas, que odia a las maestras y es una mala infantil de campeonato, delata a las maestras por lesbianas, provocando una tragedia. Martha, que realmente está enamorada de Karen y lo ha mantenido en silencio, no aguanta la presión. Cuando se conoce la verdad, que la niña miente al atribuirles actos obscenos, ya es demasiado tarde.
Seguro que muchos de vosotros habréis visto la versión que Wyler hizo a principios de los 60, con Audrey Hepburn como Karen y Shirley MacLaine en el papel de Martha, así como James Gardner haciendo de novio de la primera. Es mucho más explícita que la versión del 31, con Merle Oberon y Miriam Hopkins en los papeles respectivos, y en la que el director sólo se atrevió a atacar el tema de la calumnia -tan en boga hoy en día, sobre todo en el ciberespacio-, dejando el tema amoroso en un triángulo heterosexual.
Me encantaría ir a Londres para ver a esas dos. Por cierto, la primera versión se titulaba: Esos tres.
Sí que tiene buena pinta. Me gusta más Elizabeth que Keira y más que las dos Audrey.
Me ha recordado otro drama más reciente también de trasfondo escolar y relaciones entre profesoras, alumnos, familia… Diario de un escándalo, con Judi Dench y Cate Blanchett. Tremenda historia.
Qué gusto que historias así de buenas no caigan en el olvido¡. Quizás el mérito sea de Lilian Helmann cuyo libro Pentimento leí con tanto placer.
Si no fuera porque mi deficit en inglés me lo impide te diría que propusieras un viaje a Londres para verla que seguro que más de algún visitante de este blog se apuntaba.
Ah, tu columna de hoy , suprema. No es sólo lo que dices, son los mimbres que utilizas con lo que consigues esa frescura al hablar de temas que hoy están en boca de todos.
Dices: «Me encantaría ir a Londres para ver a esas dos».
¡Jo, y a mí!.
Por cierto Maruja, hay un cine menor, que a mí me gusta mucho y es el de los cortometrajes. Los cinéfilos sí que ven muchos, en festivales, etc, pero los ciudadanos de a pié tenemos poca información y pocas oportunidades de verlos en nuestras salas preferidas y habituales . El hecho de que cuando exhiban algún corto sea gratis, ¿no crees que perjudica su imagen?, solemos asociar dinero y calidad. Qué ideas se te ocurrirían para que fuera más conocido este cine, sobre todo entre los jóvenes. A veces me gusta más una película de media hora, que otra alargada, a lo tonto, hasta una hora y media.
Me encanto la version de la pelicula, eso si,un dramon, para no olvidarse los kleenex en la mesita.
Desgraciadamente la gente novel no le queda mas remedio que hacer cortos sin ningun tipo de ayuda, de vez en cuando hacen en este pais algun certamen,pero desgraciadamente aunque ganes el concurso al cabo de un tiempo pasas sin pena ni gloria.
No os perdais de buscar en nuestro querido You tube algun corto de Pedro Riutort….un director novel muy bueno.
Me encantó Expiación. Sigo Mad Men como un clavo. Me gustaría verlas. Pero he de apretar con el inglés. Dita sea.