¡Hola desde El Cairo! Al parecer no hay wi-fi sino conexión por cable, cosa que mi macair admitiría si no me hubiera olvidado el accesorio. Paciencia. Hoy voy a gastarme las pelas con este mifi a través de España, y luego busco una solución. Llegué bien, me recibió Muhammed, mi guía de siempre -a este paso, amigo: va a presentarme a su familia un día de estos- quien me hizo un resumen. Bien, pero… Hay que echar a  los militares del poder político pero eso lleva tiempo, hay gente defraudada y gente dispuesta a seguir luchando, la situación económica es delicada. «¡Dame una buena noticia! ¡Dime que el avión estaba lleno de españoles!». «Un tercio pelao», le contesté. Muhammed ha  tenido que venderse el coche, y estaba dispuesto a dejar el sector del turismo si hubiera encontrado algún otro trabajo, pero no lo hay. ¡¡¡Y los libros de texto!!! Ese año le resultarían caros por muy baratos que fueran. Pero orgulloso de haber echado a Mubarak y de haberle dado una lección al mundo, pacíficamente.

la preciosa estación de ferrocarril, que estaba siendo restaurada cuando me fui

el nilo, a mi llegada, desde mi hotel

el nilo, al despertar

mi primera shisha, anoche en el jardín del marriott