Hola a todos. Estoy bastante feliz porque la jefa se llevó ayer el ordenador pequeño a la peluquería y empezó a escribir una especie de sinopsis. Es una cosa de andar por casa -llena de llamadas y de mayúsculas de advertencia-, pero que a mí me da seguridad. Es signo de que tengo más vida por delante, que lo de ser un personaje de ficción no creais que no produce crisis de identidad. De entrada, me metió en dos capítulos: el de mi reencuentro con Joy, la asistenta filipina, y con Yara, su hijita (aún por decidir el emplazamiento, lo salda con un vago «avanza por una estrecha callejuela de El Cairo islámico»), y el de mi conversación con Lady Roxana, durante la cual ésta me revela el paradero de su hermano. Debo decir que este último punto me ha sorprendido hasta a mí. Creo que la jefa se está volviendo un poco sádica, en materia de criminalidad. Será por los tiempos que corren. Un saludo a la afición.