Qué bien que nos enlaces estos artículos, ayer no recibí el suplemento del domingo de El País» , donde tienen su columna Julià, Soledad etc. , y no los había leído. Por cierto, aprovechas tu estancia allí para aprender o practicar árabe? Pura curiosidad
Fernando 24 octubre, 2011 en 19:46
Que era una representación, lo tenía claro, pero yo la presuponía con el objetivo de hacer de colchón de aterrizaje y por tanto de suavizar la disolución futura de ETA. Este artículo me ha dado toda una perspectiva nueva del asunto. O sea; que todo esto iba de reparto de sillones y sus correspondientes gabelas. ¡Qué fango! ¡A costa de 829 muertos!
María Luisa 24 octubre, 2011 en 20:16
Me acuerdo de una canción de Aute; lo siento, no recuerdo el título, solo estos versos:
Como las palabras en su doble trampa de muro y espejo…
El lenguaje no es inocente, desde luego y hay que ser muy cuidadosos.
Parece que esa llamada «conferencia» fue una puesta en escena… pero es que lo de los de la capucha es tan vil, rancio, atroz y cansino que mejor, aún así, se acabe.
Qué bien que nos enlaces estos artículos, ayer no recibí el suplemento del domingo de El País» , donde tienen su columna Julià, Soledad etc. , y no los había leído.
Por cierto, aprovechas tu estancia allí para aprender o practicar árabe? Pura curiosidad
Que era una representación, lo tenía claro, pero yo la presuponía con el objetivo de hacer de colchón de aterrizaje y por tanto de suavizar la disolución futura de ETA. Este artículo me ha dado toda una perspectiva nueva del asunto. O sea; que todo esto iba de reparto de sillones y sus correspondientes gabelas. ¡Qué fango! ¡A costa de 829 muertos!
Me acuerdo de una canción de Aute; lo siento, no recuerdo el título, solo estos versos:
Como las palabras
en su doble trampa
de muro y espejo…
El lenguaje no es inocente, desde luego y hay que ser muy cuidadosos.
Parece que esa llamada «conferencia» fue una puesta en escena… pero es que lo de los de la capucha es tan vil, rancio, atroz y cansino que mejor, aún así, se acabe.