Hoy no voy a poder acercarme, salvo para esto. He desplegado sobre la mesa del comedor todas las piezas para la colcha que he ido tejiendo a medida que avanzaba -o me atrancaba- con la novela. Las cuento y las agrupo, con mi cuadernito rojo moleskine -tengo decenas-, el último, muy a mano para lo que se me vaya ocurriendo con destino al último capítulo -habrá un epílogo, pero lo más importante es el capítulo éste. Ya tengo pensado lo que sucede pero necesito esencializar los diálogos. En fin. Entre tanto, la colcha me ayuda con el rompecabezas -la novela es un thriller-, y Tonino, mi muso, duerme junto a una de las muchas mantitas que ha hecho suyas.

Salud y un gran domingo.

Piezas para la colcha

T. duerme tranquilo