Pasan los siglos y los hábitos continuan inalterables. Miramos al Islam y nadie recuerda nuestras abuelas y bisabuelas con los pañuelos anudados a la cabeza. Sin olvidar los obligatorios velos en las iglesias. Lamentablemente, las mujeres han estado, están y seguiran estando sujetas a normas que ellas no han creado. Muy penoso.
Carmen O 27 marzo, 2011 en 14:13
Pues habrá que seguir luchando y rompiendo esas normas.
Anoche, creo, vi un programa de Jordi Ébole en el que acudía a la sede de la Iglesia Bautista de Westboro, donde el pope Phelps imparte sus corrosivas diatrivas contra los homosexuales. Las mujeres entran a la iglesia con la cabeza cubierta; Ébole pregunta a una de ellas por qué y ésta responde algo así como: «cubrirse la cabeza es una acto de sumisión y sometimiento a Dios, al padre y al esposo». Por aquí seguimos teniendo monjitas y tal.
Yo tampoco me creo el feminismo del velo o la libertad que a su portadora pueda suponer su uso. Igual en lugares en los que los hombres tengan como costumbre el acoso a las mujeres, llevarlo pueda traer consigo el efecto de pasar escondida o desapercibida, no sé… pero eso no es libertad y sí otra cosa que sólo puede nombrarse con boca pequeña y avergonzada. Y ojo que habla una que aguantó a muchos pulpos tocaculos siendo adolescente y yendo en el autobús -sí, sí, hablo de España y no de ningún zoco sino de civilizadas y urbanas vías madrileñas- hasta que un buen día me harté, me volví y recriminé al agresor sexual. Éste, más chulo que un ocho, me dijo, «que más quisiera yo que me tocara él» en plan hacerme enrojecer. Cambié de táctica, pues, y a partir de aquel momento comencé a sacudir bolsazos tan fuertes como pude con el macuto de los libros al sitio que más podía doler del manazas de turno.
AnnaGB 27 marzo, 2011 en 21:30
Lo peor de este tema es que muchas de las mujeres no quieren y no querrían si pudieran, quitarse el burka.
Manoli. 27 marzo, 2011 en 22:23
Es que ninguna religión es feminista (las religiones fueron fundadas hace siglos y así han quedado). Tampoco la católica lo es. Lo que ocurre es que en Occidente hemos separado la religión de la política y ni tan siquiera los católicos hacen caso a los clérigos y sus consignas (los católicos también se divorcian, por ejemplo). Yo recuerdo la imágen de las monjas limpiando en la Sagrada Familia cuando vino el papa a Barcelona. Y daba vergüenza.
Ah, Maruja, los comentarios anexos a la entrevista, no tienen desperdicio. Vaya «perlas»!! (el digital era el ABC).
María Luisa 28 marzo, 2011 en 10:08
A mí me llevaron a colegio de monjas. Unas italianas muy modernas que pertenecían a una orden de nombre gore: Adoratrices de la preciosísisma sangre de nuestro señor Jesucristo. Digo modernas porque nos explicaron en qué consistía un embarazo y porque tenían una genial ludoteca de juegos tipo puzzles, muñecos desmontables para aprender anatomía, juegos de geografía… a la que podíamos ir a jugar los sábados (en los 60 había clase los sábados por la mañana; nosotros jugábamos o nos llevaban de excursión a algún museo).
El de la parroquia de mi barrio era un cura obrero; trabajaba de albañil. La gente lo quería mucho. Sor Milagros iba diariamente a su casa para limpiarla. Lo sé porque yo la acompañé alguna vez.
elblogdeluna 28 marzo, 2011 en 22:14
Prohibir el burka es de derechas, aceptar el régimen de Cuba de izquierdas y así con innumerables opiniones partidistas. Hay que dar un salto con la razón y analizar los hechos sin dejarnos influir por tanta idea prefabricada.
Raúl Fernández Justo 29 marzo, 2011 en 6:56
Qué lucidez la de la señora Wassyla Tamzali. El burka,como símbolo(no como una simple prenda da lino)carece de cualquier connotación religiosa.Es una «imposición de dominio»(lo ignoraba).Siempre creí que era una prenda que denotaba una convicción religiosa que asumía la mujer que lo lleva(con mayor o menor libertad).Nunca entendí muy bien tampoco la llamada «guerra del velo»en Francia o en España…Megustó lo que dice respecto al «feminismo islámico»(el término feminismo alude siempre a una liberación de la mujer en todos los sentidos.No «casa» nada con el otro concepto…).También me gustó su opinión sobre la «alianza de civilizaciones»(«gadget»o «conejito blanco» sacado de la chistera por un Zapatero aburrido en aquel momento);sin relevancia alguna y falto de toda repercusión o interés.Gracia Maruja por ilustrar(otra vez).
Pasan los siglos y los hábitos continuan inalterables. Miramos al Islam y nadie recuerda nuestras abuelas y bisabuelas con los pañuelos anudados a la cabeza. Sin olvidar los obligatorios velos en las iglesias. Lamentablemente, las mujeres han estado, están y seguiran estando sujetas a normas que ellas no han creado. Muy penoso.
Pues habrá que seguir luchando y rompiendo esas normas.
Muy clarificadora la entrevista.
En nuestra sociedad, hay gente que, vestida de Adolfo Domínguez, Victorio&Luchino, Custo, etc, lleva un burka ideológico que les permite pasar por alto y no reprochar comportamientos como el que Manuel Cobo, vicealcalde de Madrid, le dió a Pilar Manjón hace dos semanas.
http://www.europapress.es/nacional/noticia-11-manjon-denuncia-ayuntamiento-les-dijo-cualquier-dia-tendrian-hacer-monumento-putas-20110311123218.html
Evidentemente, el tema del absolutismo islamista es de profundo calado, y aunque hemos evolucionado, tenemos las huellas…
Anoche, creo, vi un programa de Jordi Ébole en el que acudía a la sede de la Iglesia Bautista de Westboro, donde el pope Phelps imparte sus corrosivas diatrivas contra los homosexuales. Las mujeres entran a la iglesia con la cabeza cubierta; Ébole pregunta a una de ellas por qué y ésta responde algo así como: «cubrirse la cabeza es una acto de sumisión y sometimiento a Dios, al padre y al esposo». Por aquí seguimos teniendo monjitas y tal.
Yo tampoco me creo el feminismo del velo o la libertad que a su portadora pueda suponer su uso. Igual en lugares en los que los hombres tengan como costumbre el acoso a las mujeres, llevarlo pueda traer consigo el efecto de pasar escondida o desapercibida, no sé… pero eso no es libertad y sí otra cosa que sólo puede nombrarse con boca pequeña y avergonzada. Y ojo que habla una que aguantó a muchos pulpos tocaculos siendo adolescente y yendo en el autobús -sí, sí, hablo de España y no de ningún zoco sino de civilizadas y urbanas vías madrileñas- hasta que un buen día me harté, me volví y recriminé al agresor sexual. Éste, más chulo que un ocho, me dijo, «que más quisiera yo que me tocara él» en plan hacerme enrojecer. Cambié de táctica, pues, y a partir de aquel momento comencé a sacudir bolsazos tan fuertes como pude con el macuto de los libros al sitio que más podía doler del manazas de turno.
Lo peor de este tema es que muchas de las mujeres no quieren y no querrían si pudieran, quitarse el burka.
Es que ninguna religión es feminista (las religiones fueron fundadas hace siglos y así han quedado). Tampoco la católica lo es. Lo que ocurre es que en Occidente hemos separado la religión de la política y ni tan siquiera los católicos hacen caso a los clérigos y sus consignas (los católicos también se divorcian, por ejemplo). Yo recuerdo la imágen de las monjas limpiando en la Sagrada Familia cuando vino el papa a Barcelona. Y daba vergüenza.
Ah, Maruja, los comentarios anexos a la entrevista, no tienen desperdicio. Vaya «perlas»!! (el digital era el ABC).
A mí me llevaron a colegio de monjas. Unas italianas muy modernas que pertenecían a una orden de nombre gore: Adoratrices de la preciosísisma sangre de nuestro señor Jesucristo. Digo modernas porque nos explicaron en qué consistía un embarazo y porque tenían una genial ludoteca de juegos tipo puzzles, muñecos desmontables para aprender anatomía, juegos de geografía… a la que podíamos ir a jugar los sábados (en los 60 había clase los sábados por la mañana; nosotros jugábamos o nos llevaban de excursión a algún museo).
El de la parroquia de mi barrio era un cura obrero; trabajaba de albañil. La gente lo quería mucho. Sor Milagros iba diariamente a su casa para limpiarla. Lo sé porque yo la acompañé alguna vez.
Prohibir el burka es de derechas, aceptar el régimen de Cuba de izquierdas y así con innumerables opiniones partidistas. Hay que dar un salto con la razón y analizar los hechos sin dejarnos influir por tanta idea prefabricada.
Qué lucidez la de la señora Wassyla Tamzali. El burka,como símbolo(no como una simple prenda da lino)carece de cualquier connotación religiosa.Es una «imposición de dominio»(lo ignoraba).Siempre creí que era una prenda que denotaba una convicción religiosa que asumía la mujer que lo lleva(con mayor o menor libertad).Nunca entendí muy bien tampoco la llamada «guerra del velo»en Francia o en España…Megustó lo que dice respecto al «feminismo islámico»(el término feminismo alude siempre a una liberación de la mujer en todos los sentidos.No «casa» nada con el otro concepto…).También me gustó su opinión sobre la «alianza de civilizaciones»(«gadget»o «conejito blanco» sacado de la chistera por un Zapatero aburrido en aquel momento);sin relevancia alguna y falto de toda repercusión o interés.Gracia Maruja por ilustrar(otra vez).