Anteayer, Neus mantuvo una dura lucha con Tonino para impedirle que se hiciera con media empanadilla que alguien había arrojado a un parterre. Por fin se la quitó -su gestión estomacal habría dañado a mi perro gravemente- y la arrojó lejos, al pie de un árbol. El can medio cegato pero no imbécil se hizo con la copla, y por la noche, cuando salió, intentó dirigirse hacia la empanadilla funesta. Sin embargo, Neus y yo ya habíamos elaborado una estrategia, y esta vez la segunda madre consiguió frustrar la glotonería del pequeño suicida. Sigue vivo y lleva unos días bien. Cada día lo celebramos.
Cosas tonínicas
7 Comments
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Que duren esos días buenos de Tonino…
Es que estar «malito» no es lo mismo que estar tonto…Pero con esas dos «madres» no tiene nada que hacer… Me enterneció la 2ª ronda a la búsqueda de la empanadilla ansiada…
Me ha quedado la curiosidad de en qué consistió la estrategia.
Supongo que fuera la que fuera, olería a empanadilla.
Las tentaciones de Tonino… Es mejor que no caiga en ellas, tiene que cuidarse!
Mi Michinota está resfriada. Encadena un montón de estornudos y luego se hace una rosquilla y se vuelve a dormir.
Tanto Neus como tu misma sois unas irresponsables: rodeais de pecaminosas tentaciones a la creaturita que esta en fase de recuperacion y travesurismo. Tonino no es Ana Botellon para llamarlo asi(imbecil). No sabes cuanto me alegra saber que esta mejorcito.(ES BROMA LO DE LAS IRRESPONSABILIDADES).uN SALUDO.
Tengo yo un perro, un podenco, que le falta una pata- le pegaron un tiro porque no servía para cazar- y persigue con tozudez digna de mejores deseos toda rodaja de lo que sea que se haya caído a la puerta de las cafeterías. Luego me devuelve en la alfombra y llora.
Y entonces no sé si regañarlo o envolverlo en un abrazo…