la vida era una fiesta

Aquí os pongo esto. Los más mayores recordaréis a Gunther Sachs, cuyas hazañas playboyescas se recuerdan en este obituario de The Independent. Estaba a tope el tipo cuando yo trabajaba en Garbo y hacía doblete, en el mismo piso, para Fotogramas, ambas revistas propiedad de los Nadal-Rodó. Por aquel entonces, Brigitte Bardot y Elizabeth Taylor eran nuestras dos fuentes principales de divorcios y maridos. En la España oficial todos los matrimonios de famosos se querían oficialmente y para siempre, de modo que daba alegría reflejar en la revista Garbo, en la medida de lo posible, las francachelas que se producían en el funesto extranjero. Gunther Sachs, me parece a mí, ha sabido tener una muerte digna, expuesta con honestidad a la opinión pública. Suicidio antes que deterioro. Apoyo. Aunque nunca fue el marido de B. B. que más me gustó. Sami Frey era mi candidato. Y mejoró con el tiempo. Sachs se quedó igual. Y la dama se hizo pro Le Pen, de lo que la redime, en parte, su trabajo en favor de los animales de verdad, los que no le hacen al prójimo la puñeta.