Debuta en el género negro con ‘Fácil de matar’, «un thriller con McGuffin» ambientado en el Líbano

Dos desamores y su admiración por Hitchcock impulsaron a Maruja Torres (Barcelona 1943) a debutar en el género negro. Se desinfló su intenso idilio con Beirut después de que se enfriara su tórrido amor por una profesión, el periodismo en la que brilla y en la que se le tiene por maestra. Con miles de reportajes y artículos, un puñado de libros de amor y humor a sus espaldas que le dieron el Planeta y el Nadal, Maruja se puso manos ‘negras’ a la obra y regresa con ‘Fácil de matar’ (Planeta). Rescata a Diana Dial, personaje secundario de ‘¡Oh, es el’ que eleva a protagonista y convierte en su alter ego. Es una periodista desencantada y deslenguada, una mujer dura, madura e independiente gracias la generosa pensión vitalicia de un ex adinerado que no ha perdido el olfato para el conflicto y el talento para averiguar dónde se ocultan la injusticia, la maldad y la corrupción. Se desempeña como investigadora privada sin licencia ni agencia. Derrocha mala baba y una inteligencia privilegiada que Maruja Torres está dispuesta a aprovechar en una serie que explotará «el mundo en que vivimos, preñado de posibilidades de asesinar». «Envejeceré con este tipo de novela, dándole un final feliz a mi vida como periodista, como investigadora y como mujer», aventura.

Sobre el papel, ‘Fácil de matar’ es un thriller. Pero lejos de inspirarse en maestros como Chandler o Hamnett, «bebe del cine de Hitchcock y a sus McGuffins» dice sarcástica la escritora, que no quiere plegarse a las etiquetas del género. «Soy mi propio género» se ufana, precisando que no es una inventora de universos narrativos. «Invento tramas, no mundos; lo que hago es reflejarlos».

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Noticia publicada en www.hoy.es