Todos nos preguntamos «¿Qué hay detrás?». Tres versiones:
La teoría conspirativa. Tiene muchos adeptos. Alguien está manipulando (Estados Unidos, por supuesto) para cambiar a los líderes con objeto de que no haya un estallido peor, contentar un poco a los pueblos y, de paso, darles una pequeña lección a los ensoberbecidos y paranoicos israelíes. Falso. Los Gobiernos de Estados Unidos no entienden la región MENA (Middle East North Africa). Tienen políticas ya establecidas que van heredando los unos de los otros desde que Teddy Roosvelt puso el pie en Marruecos; la enorme influencia de Estados Unidos en la zona no es sino, a su vez, herencia de otros poderes coloniales (Gran Bretaña y Francia) que tampoco entendieron, y siguen sin hacerlo, esos países, salvo en clave de sus interesas y -no menos importante- de su inmovilismo mental. Y nadie, en lo que llamamos Occidente, quiere darle una lección a Israel. Nadie, salvo sus víctimas.
El ala oeste de la Casa Blanca. Esta sería la visión de un optimista desinformado. El presidente Obama, que está aconsejando a la primera dama para que no se duerma en la cena con ex parlamentarios de Ohio que tienen esa noche, se ve súbitamente interrumpido por su hombre de confianza. «Ese cabrón de Mubarak no puede controlar la situación», dice el portador de malas nuevas. Obama, que es bueno, replica: «Todos los pueblos tienen un límite de resistencia, incluso el egipcio, que viene aguantando desde los faraones». Pero como también es culto, añade: «Bueno, al gran Ramsés los constructores de pirámides le hicieron una huelga con sentada y consiguieron que los malvados intermediarios les dieran la comida atrasada que solían recibir por paga». Excitado: «Querida, ve tú con el secretario de Pajas Internas. Yo tengo que solucionar esto. ¡Y ponedme con Netanyahu! ¿Qué demonios le cuento yo ahora a ese corrupto gordinflón intolerante?». Convoca reunión con todo tipo de individuos en torno a aquella mesa, ya saben, la del mapa en la pared. Y esa misma noche se arregla el asunto. Mubarak elige exiliarse cerca de su cirujano estético. Falsa, por razones obvias.
La CIA está detrás. Todo empezó cuando el nuevo director de la Central tuvo una entrevista con el embajador norteamericano en Túnez, quien le confió sus temores de que Ben Alí no llegara a comer las uvas este año. «¿Y eso? El encarecimiento de los alimentos básicos, la falta de esperanza y de trabajo de los jóvenes». «Bueno, eso ocurre en todos los países MENA, salvo los que tienen petróleo y nos ayudan a sobornar a los tiranos de los restantes para que mantengan firmes las riendas. Mira Líbano. La juventud no tiene la menor expectativa pero cuando se echa a la calle es para meterse con los musulmanes, o con los cristianos, o con los cristianos que no son como ellos o con los musulmanes que no son como quieren. En Líbano no hay lucha de clases: la vida es un Ferrari. Unos trabajan como aparcadores y los otros son los dueños. Pero todos quieren un Ferrari». El embajador da unos pasitos por el despacho, impaciente. «Líbano no forma parte de este problema. Es otra cagada, pero no es éste problema. Lo de ahora es urgente. Se llama hambre, ira y hartura de dictadores». «Ahhhhhhhhhhhhhhh», exclama el director de la CIA. «¿Y por qué no me lo contaron mis agentes?». «¿Os contaron algo antes del 11-S?». El jefe de los espías reflexiona: «No te preocupes. Es imposible que estalle una revuelta en Túnez. Y mucho menos en Egipto. ¡Eso sería atroz! ¡Hemos destrozado Oriente Medio y Asia Central! ¡El Norte de África se tiene que quedar como está!». El embajador se encoge de hombros y se pone a redactar un informe confidencial para el presidente, que será wikileado dentro de dos o tres años.
¿La solución? No la tengo. Yo creo que, hoy por hoy, la calle es protagonista. La manipulación del futuro está ahora entre los políticos, los militares, los aspirantes, los espías, los diplomáticos, los presidentes. Pero nadie condujo esta Intifada. Es lo grande que tiene. Ya se fastidiará luego.
Entre tanto, Mubarak sigue actuando como en los viejos tiempos, cree que la represión es la única respuesta, aguantar como pueda,remaquillarse y disimular. Si Estados Unidos no le corta pronto las alas, habrá una masacre. Estimulando a los saqueadores, dejando que el caos se apodere del país, sólo conseguirá dolor, más dolor y más muertes, para llevárselas cuando finalmente le echen sus propios amigos. Pero todos están temblorosos: ay jehová, que vienen los de alá. Qué vergüenza y que pena.
Ha cerrado Al Jazira. Están sin internet, sin informaciones del exterior, con los móviles que apenas funcionan. No se puede permitir que el hijo de puta siga en este plan.
Enorme este post, Maruja, bueno también toda la información de los anteriores, enlaces y comentaristas tuyos incluídos, aunque no he podido seguirlo todo ire husmeando a ratos en este domingo lluvioso…
Yo creo que la clave de esta ola revolucionaria del pueblo, que ya no soporta más tanta tiranía, será clave cuando aterrice en Marruecos, si es que el tsunami reivindicativo llega con la fuerza necesaria, que puede ser la espoleta que haga saltar por los aires toda la política internacional con respecto al conflicto, y no solo la de la Casablanca sino todas las implicadas en el desenlace, España incluída dado el alto número de ciudadanos marroquís que la habitan, por cierto parece que la France y la Great Britain siguen a la expectativa, ¿no?
Por supuesto, creo que Estados Unidos intentará manipular el resultado del caos, por otra parte impredecible, ya que por suerte el Ferrari no siempre llega el primero…
Saludos.-
Maruja, muy interesante tu entrada. Aquí me quedo, boquiabierta y pensativa.
La comunicación global es la bestia negra de estos dictadores, el gran aliado y «el armamento» de los ciudadanos. Qué fácil les resulta, con una sencilla orden «desarmar» a los mismos. Sin ensuciarse, vamos.
Es bien cierto lo de Pierre Vilar: «la historia debe servirnos para leer el periódico».
Así que ,gracias por enseñarnos a leer el periódico porque estamos aprendiendo historia ( a la vez que tomamos conciencia).
Buen domingo Maruja y asomadores .
Querida «Maruja nuestra»: Gracias por tu punto de vista. La verdad es que en esos tiempos cuesta creer que un a cosa de estas no esté semiconducida, con la capacidad de control que poseen los poderosos…
Pero, aunque estoy preocupada por el resultado, sí me apunto a la versión de que el estallido es popular.A éstos dictadores les cuesta creerselo.
Aunque después haya reconduzcan la situación, el aviso a navegantes es importante, aunque ha costado sangre y vidas.
Grande, Maruja. Siendo asiduo a tu blog como «voyeur», no me resisto a agradecerte esta (y tantas otras) entradas. Fisk y Tesón lo cuentan bien, muy bien, pero se agradecen tus análisis a corazón abierto y manos libres.
Gracias por los enlaces y por el post…dá gusto leerte así!
Yo no sé si hay «conspiranoias» detrás de todo esto, pero me da a mi que simplemente se les ha escapado el tema. No lo han visto venir porque no entraba en su imaginario que la gente perdiera el miedo a morir o a ser torturado.
Una lástima el saqueo del Museo y la estratégia de Mubarak de sembrar el caos para parecer necesario…
Sobre el ejército, no entiendo bien a quien le hacen el juego, si al Presi o a la gente, o si simplemente estan esperando su oportunidad.
Esperemos que dure poco el impás, pues cuanto más se alargue más pérdidas de vidas lamentaremos. Aunque parece que «el hijo de puta va a seguir en este plan» tanto como pueda.
Qué pena me dan los saharauis. Cómo se les ningunea. Porque son pocos y no tienen fuerza. Fueron ellos los primeros en rebelarse, en plantarse y reclamar mejoras sociales. Pero su revuelta fue aplastada por la policía marroquí. Como una vez más perdieron, ahora nadie les tiene en cuenta. La historia dirá que fueron los tunecinos los primeros en rebelarse. Y la historia volverá a ser mentira. Porque los primeros, los primeros de todos, fueron los saharauis. Quién sabe si esta vez, al menos, perdieron para que todos ganaran, por ejemplo los egipcios.
El hijo de Mubarak sabe ya que es inviable la «herencia» de su progenitor. Gamal debería reconducir las reivindicaciones del pueblo egipcio; aceptar el nombramiento cono sucesor de Hosni M disolver el parlamento, convocar eleciones libres y emigrar a Arabia Saudí junto a Ben Ali a esperar el juicio de la Historia. Sueños guajiros tan impensables ahora como lo eran estas reivindicaciones hace unas semanas. Feliz domingo a todos.
Gracias Maruja por tu generosidad, por compartir tu punto de vista desde tu experiencia privilegiada y tu mente despierta. Estos de acuerdo con «Gatopando», los saharauis fueron los primeros y qué pronto lo hemos olvidado!!
Los diplomáticos, los espías, no se enteran de nada? no conocen la ciudadanía entre la que viven? son incapaces de predecir o adelantarse a los acontecimientos que se pueden generar?. Si analizan la realidad con su propia visión de las cosas, es evidente que nunca entenderán nada.
Gracias Maruja.
Me aclaras bastante la cosa.
Saludo muy cordial.