Aquí va la bendición de otra hada, ésta regordeta, no como la que encabeza a los duendes que han ayudado en el mantenimiento de esta blog.

Los martes y jueves  suelo iniciar la jornada como si me hubiera atacado un Sanvito (dance). Recorro la casa a toda velocidad para colocar en su sitio las cosas que dejé desparramadas por aquí y por allá, ya que, de lo contrario, Josie las archivará para siempre y nunca más encontré mi sujetador preferido. A continuación hago una lista de tareas y se las explico bien, entre grandes alaridos de placer (por su parte), que me dejan nula para el resto del combate. Ahora tenemos dos problemas añadidos (bueno: un problema y una alegría). El primero, una invasión de hormigas que por primera vez (los años anteriores no ocurrió) han sentido el golpe de calor y se cuelan en mi hogar atraídas por los restos de comida que Tonino (el pobre, ya casi sin dientes) esparce a su alrededor. Por bien que lo friegue, las tías siempre encuentran algo. Josie me ha jurado que buscará el nido y las atacará a muerte.

Lo segundo o alegría es que Quim, mi primer hombre y amigo de siempre, viene a pasar unos días a Bcn. Lo hace solo esta vez, porque su mujer tiene trabajo. Cuando vienen en pareja se instalan en mi dormitorio, pero  ahora Quim se quedará en la habitación de invitados, que es pequeña, y en donde Josie plancha.

La buena mujer ha arrancado a los gritos de: «No wasting time, no wasting time!», mientras yo la animaba: «You’re a working machine!» Y así vamos. Voy a leerme la press.