Le he dicho: «Ya que tienes tantas ganas de trabajar, ¿por qué no te metes en esos siete cuadernillos que están en mi bolso, atados por una goma elástica, y miras de darme alguna idea? Porque sé quién será el primer muerto, sé quién será el segundo muerto, conozco el móvil, es más, conozco dos móviles y puede que hasta tres, y ya tengo las localizaciones, pero me falta chispa, Diana, me falta tu mala leche. Ahora ando muy entretenida con mi gira arriba y abajo, y necesito una frase de las tuyas para empezar o, por lo menos, pasa saber que al menos en mi cabeza y en mis cuadernos ya ha empezado». Se ha ido sin chistar y se ha metido en las libretas. A ver si dura.