Maruja Torres se estrena en el género criminal con ‘Fácil de matar’, una historia ambientada en Beirut · La escritora barcelonesa reconoce que «quería matar desde hacía tiempo, pero como periodista no puedes»
Después de abandonarse a la emoción de recordar a sus amigos Terenci Moix y Manuel Vázquez Montalbán en ese imaginativo homenaje de Esperadme en el cielo, la obra que le reportó el Premio Nadal en 2009, Maruja Torres se pasa al territorio del crimen, la novela negra. En Fácil de matar (Planeta), la escritora barcelonesa ambienta la acción en su querida Beirut y rescata como protagonista a un personaje que ya apareció en su ficción ¡Oh, es él!, Diana Dial, ahora una periodista retirada que pese a vivir cómodamente gracias a una pensión de su exmarido sigue investigando, porque, sostiene Torres, «periodista se es hasta que se muere».
Un miembro de una poderosa familia libanesa muere en un atentado, pero Diana Dial alberga una dentellada en el estómago, esa «sensación puntual, infalible, que experimenta cuando algo no encaja en la versión de la realidad que se le ofrece». En su búsqueda de la verdad -ese elemento escurridizo que «no siempre es el hueso que se supone en el centro de la fruta», que a menudo «es una sabandija escondida en un pozo de cieno»-, Dial se topará con las miserias de «una sociedad que acepta costumbres arcaicas, feudales, como lo normal» y en la que está bien visto «pegarle palizas a las sirvientas o encerrarlas si te vas de casa».
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El idilio de Maruja Torres con la novela negra viene de lejos: la narradora reconoce que tenía «muchas ganas de matar, pero como periodista, en la vida real, uno no puede». Y cobijaba la pasión por el crimen desde la adolescencia, cuando a los 16 años leía historias de asesinatos porque «era de lo poco que no se censuraba». Para su estreno en el género se ha sumergido en los clásicos -«en Beirut hay buenas librerías, y he hecho mucha relectura en el idioma original de los escritores, en inglés y en francés. Y he leído memorias y diarios, cartas de Raymond Chandler, y los cuadernos de Agatha Christie…»- y no ha olvidado a un director que contempla como su maestro en el arte de desplegar tramas. «Yo aprendí de Hitchcock a narrar», afirma, «porque toda novela tiene que mantener la tensión hasta el final».
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Noticia publicada diariodesevilla.es