Estuve en Japón a principios de los 80. Y pasé muchas horas en este distrito, porque era la única estación que reconocía para bajarme del metro. Nunca pensé que vería sus luces extinguidas. Tampoco imaginé apagado el alegre y vocinglero Nilo nocturno. Pero así es: planeta herido, personas defraudadas. La oscuridad, símbolo de protesta. Aquí va este artículo de www.independent.co.uk