Concha, morirás igual sin la ayuda del Dr. Montes…aquí no se queda nadie.
BENJAMIN 27 marzo, 2011 en 20:35
No se me olvidará nunca la risa de los impresentables en su comparecencia ante los representantes del Congreso. La dignidad de Pilar Manjón quedó sellada para siempre aquella mañana.
Lo del doctor Montes con la comunidad de Madrid, con su presidenta a la cabeza demuestra la falta de sensibilidad y honradez de todos ellos. Deberían fijarse en el video del portavoz del gobierno japones y tambien del vicepresidente de la empresa Tepco.
Concha Pérez 27 marzo, 2011 en 22:56
tini, no sé si me has entendido. Quiero decir que en el trance de morir, que ya sé que a todos nos tocará, me gustaría que él me atendiese, o alguien como él, porque el dolor gratuito es inhumano.
Raúl Fernández Justo 28 marzo, 2011 en 6:51
Pilar Manjón.Qué lecciones inolvidables de entereza,de dignidad, de amor hacia su hijo.Abril Alegre; son los apellidos de una de las víctimas del tren(¡no se me olvidará jamás!).Pudo haber continuado con su vida y su dolor(sin nada que reprocharle por ello). Pero no. No lo hizo así.Rebuscó dentro de sus entrañas,sacó fuerzas y se expuso…Exigió justicia para su hijo(y todas las demás víctimas),no se conformó con la primera patraña que le sirvieron como «justicia». Ni con la segunda,ni la tercera,ni la cuarta,ni la quinta(los poderes son contumaces en su determinación),ni la sexta,ni ninguna…Pilar no se «quebró» jamás(ni cuando la amenazaron de muerte,ni cuando se vio frustrada en su empeño).No atendió a lisonjas ni a improperios.No quiso reconocimientos, ni atendió a los abucheos.Su dolor,tan enorme(¡monstruoso..!.),era su motor(y nuestra vergúenza…).Nada era suficiente para atender a su necesidad de justicia…Al final,el olvido.El sabor amargo de la incomprensión y,lo peor de todo su pérdida irreparable…Me quito el sombrero ante esta mujer. Deseo que su familia haya mitigado,en lo posible,su pena.
María 28 marzo, 2011 en 9:05
Magna dignitas magna maiestas (Ciceron). Alta la dignidad, soberbia la grandeza.
Luna 28 marzo, 2011 en 17:18
Este país es, ha sido todo esto que enumeraba Ignacio. Pero también es la grán ílder PILAR MANJÓN. Personas como ella garantizan la esperanza en algo enorme , noble, bello…
Yo CON el dr. Montes moriría.
Concha, morirás igual sin la ayuda del Dr. Montes…aquí no se queda nadie.
No se me olvidará nunca la risa de los impresentables en su comparecencia ante los representantes del Congreso. La dignidad de Pilar Manjón quedó sellada para siempre aquella mañana.
Lo del doctor Montes con la comunidad de Madrid, con su presidenta a la cabeza demuestra la falta de sensibilidad y honradez de todos ellos. Deberían fijarse en el video del portavoz del gobierno japones y tambien del vicepresidente de la empresa Tepco.
tini, no sé si me has entendido. Quiero decir que en el trance de morir, que ya sé que a todos nos tocará, me gustaría que él me atendiese, o alguien como él, porque el dolor gratuito es inhumano.
Pilar Manjón.Qué lecciones inolvidables de entereza,de dignidad, de amor hacia su hijo.Abril Alegre; son los apellidos de una de las víctimas del tren(¡no se me olvidará jamás!).Pudo haber continuado con su vida y su dolor(sin nada que reprocharle por ello). Pero no. No lo hizo así.Rebuscó dentro de sus entrañas,sacó fuerzas y se expuso…Exigió justicia para su hijo(y todas las demás víctimas),no se conformó con la primera patraña que le sirvieron como «justicia». Ni con la segunda,ni la tercera,ni la cuarta,ni la quinta(los poderes son contumaces en su determinación),ni la sexta,ni ninguna…Pilar no se «quebró» jamás(ni cuando la amenazaron de muerte,ni cuando se vio frustrada en su empeño).No atendió a lisonjas ni a improperios.No quiso reconocimientos, ni atendió a los abucheos.Su dolor,tan enorme(¡monstruoso..!.),era su motor(y nuestra vergúenza…).Nada era suficiente para atender a su necesidad de justicia…Al final,el olvido.El sabor amargo de la incomprensión y,lo peor de todo su pérdida irreparable…Me quito el sombrero ante esta mujer. Deseo que su familia haya mitigado,en lo posible,su pena.
Magna dignitas magna maiestas (Ciceron).
Alta la dignidad, soberbia la grandeza.
Este país es, ha sido todo esto que enumeraba Ignacio. Pero también es la grán ílder PILAR MANJÓN. Personas como ella garantizan la esperanza en algo enorme , noble, bello…