National Velvet , por verla adolescente y atercipelada; Un lugar en el sol, de George Stevens, porque es buena y ella y Monty Vlift están geniales; Gigante, porque muestra que una familia de carcas tejanos pueden ser buena gente a la manera Bush, compasivos con los hispanos pero reaccionarios de narices, y tanto Rock como ella están muy bien; ¿Quién teme a Virginia Wolf? por publicitar el histrionismo de las peleas privadas de la pareja protagonista, pero con mucho arte; El árbol de la vida, porque es un hermoso melodrama nacido a la sombra de Lo que el viento se llevó, en donde Liz hace de delirada pero buena, Montuy lleva como puede el accidente automovilístico que le deformó su hermoso rostro y casi le mata, y Eve Marie Saint, mi reina, se lleva el gato al agua sin hacer de ñoña, sólo de intelegente pese a sudista. Si la queréis en una historia de caníbales en la Costa Brava, ideada por Tennessee Williams y dirigida por Manckievicz, en De repente, el último verano, con Kate Hepburn y el propio Monruy; era pintoresca pero ella está guapa de rugir. Luego hizo muchas horteradas, porque tenía su parte Sara Montiel, pero Aeropuerto y La mujer marcada están entre mis predilectas. Mañana hablamos más, que la dama da mucho de sí.