Pero sí para el bolsillo…

Yo tengo una idea para financiar la visita del jefe del estado Vaticano: que vendan los anillacos (ya veo que Rouco luce uno), las cruces de oro, los cálices cuajados de piedras preciosas, los tesoros amartillados en las sacristías, las patenas, los báculos cuajados de filigranas, los armiños, las casullas bordadas e incrustadas de joyas, los mantos de los santos y vírgenes y los tronos… Se pagan las chuches e, igual, les queda algo para paliar el hambre en el mundo.

De los empresaurios, mejor no hablar.

Tengo otra idea sobre la visita del «Jefe del Estado Vaticano». No recibir Y menos con honores) al «jefe» de un Estado no democrático. ¿Por qué tratamos con doble rasero al Estado Vaticano y a otros Estados que consideramos no democráticos, a los que exportamos nuestras creencias mediante bombas, embargos económicos, manipulaciones de la información etc. etc. (me ahorro la lista de nombres y medidas adoptadas). Si el Vaticano se autoproclama y es reconocido como Estado ¿no deberíamos exigir que, para empezar, se organice como liberal-democrático, con sus partidos político-religiosos, elecciones libres, separación de poderes, etc. Y si, en nombre de Dios, no lo aceptan, que la ONU, en virtud de la «responsabilidad de protección de las conciencias y la salvaguarda democrática», tome las medidas pertinentes e incluso envíe al territorio Vaticano las tropas de la OTAN, guardianas de la «gobernanza» y las esencias democráticas universales e intangibles. Por lo menos sería exigible que en ese Estado hubiera un bipartidismo teológico homologado y reconocido por una Constitución Vaticana, en la que por lo menos se reconociera el voto (siempre bajo la inspiración del Espiritu Santo y su himno: Veni creator spiritus/ mentes tuorun visita / imple superna gratia / quae tu cresti pectora…) de los miembros de la Asamblea o Iglesia, pues se supone que la ciudadaníia católica (no olvidemos que «católico» significa universal, global…), afortunadamente no tiene fronteras. Pero el ser «sin fronteras» no significa que no haya en el seno de la Iglesia y del Estado, intereses de clase e ideológicos-teológicos encontrados (me ahorro la enumeración de «corrientes» eclesiásticas, desde la Teologia de la Liberación has el OPUS, etc…)
En resumen, que el Vaticano se defina: que deje de ser un Estado o si opta por seguir siéndolo, que sea un Estado democrático…Luego hablaremos de nuestro Concordato o no, porque caería por su propio peso.
¡Qué pandilla de hipócritas, fariseos inconscientes somos,vive el papa y vive Dios!

El ‘Graffiti’:

Los ingleses comienzan siempre una colonia con un banco, los españoles con una iglesia, y los franceses con un meublé

Así no va.