Tras la Experiencia Hospitalaria me fui ayer a una librería y compré El emperrado corazón amora, de Juan Gelman. Ahí va una:

Cielo sereno, aire sereno

sobre pasiones ciegas y

puertos que anclan madrugadas

ebrias de su naufragio, vinos

de la felicidad donde el mundo

se detuvo. Gira la entraña

de soles desconocidos, vientos

que ninguno tocó.