Me gusta contar aquí que ayer me llamó Paco Ibáñez y que estuvimos un rato charlando y chiándonos (de chier, en francés, que es más fino) en todo; y que hoy, en la tocinería, mi vecino el europarlamentario Juan de Dios Rodríguez Heredia, su esposa Paloma y su perrito me han dado un gran abrazo.

Ea.