Con alumnos de diferentes institutos alcoyanos

Arròs caldòs de Can Calvo

croquetas, de izq. a derecha: de bacalao, de boquerones y de carne del puchero

Imitando a Gadafi

Aquí, ya más Nobleza Baturra

Anochecer yendo hacia la Biblioteca

Detalle fachada Bublioteca

Ese torbellino es Carmina, la incombustible bibliotecaria, que viene a traer algo a la mesa

Alex, concejal de Cultura, al volante; de espaldas, mi amiga Carmen Ramírez, de Planeta, que me acompaña en estas lides y cuida de mí

Bello mosaico callejero que explicaría con qué deliraban ya algunos

Dedicatoria de Camps en el Libro de Honor de la CAM

Debo decir que mi estancia en Muro de Alcoy ha sido uno de los hitos más agradables de esta mi gira dando charlas. Para empezar, el recibimiento. Allí estaba Carmina, la dinámica e insustituible blibliotecaria de la Biblioteca de Muro de Alcoy, que nos recibió con cava en la mismísima recepción del hotel. Allí, Alex -consejero de Cultura del Ayuntamiento-, mi amiga Carmen, de Planeta, y ¡ah!, Alicia Giménez-Barlett, que había llegado para dar esa tarde la charla en el mismo sitio donde yo la daría al día siguiente, estuvimos bebe que te beberás y charla que te charlarás hasta que a ella le tocó lo suyo. Antes había actuado Eduardo Mendoza, y después de mí lo haría Luis Antonio de Villena.

Yo me fui a descansar y hacia las 10 y media regresó Alicia -había triunfado y firmado un porrón- nos fuimos a cenar y ¡nos reímos tanto! durante horas y horas…

A las doce del mediodía entré en las instalaciones culturales de la Caja de Ahorros del Mediterráneo de Alcoy, que realiza actividades culturales y reúne a estudiantes de diferentes institutos de la zona. Fue un rato agradabilísimo, con jóvenes muy preparados que se tomaban el asunto en serio -y tenían mucho sentido del humor también- y que preguntaron y preguntaron sin cortarse. Lo pasé muy bien, me sentí muy contenta.

Por cierto que, al firmar el libro de honor de la CAM, sin que Robert, el presidente, se diera cuenta, robé una foto de la dedicatoria que encontré, firmada por Francisco Camps. Si hay algún experto en grafología por ahí, ya nos contarás.

La comida fue en Can Calvo, el mejor restaurante, y las fotos lo atestiguan. Buenísimo todo. No hice foto de la picaeta de pimiento seco con bacalao porque me lo zampé antes de darme cuenta.

Y de nuevo a charlar, esta vez en la Biblioteca de Muro de Alcoy. Se superllenó -sillas extras, jóvenes con los que había estado por la mañana que repitieron de Maruja-, y muchísimas firmas.

Ego muy mimadito.

Cena final con el alcalde, un tío muy majo llamado Rafa; con Manolo y Marina, periodistas, que me habían presentado de forma inmejorable, él es también autor teatal, y premiado; Alex y su mujer, Empar; la Carmina y la Carmen… y puede que me deje alguien, en ese caso lo siento, pero puedo asegurar que yo estaba muy feliz.

Y así, luego a la cama, por la mañana de nuevo un coche a Valencia y un ave a Madrid. Y ahora dentro de un rato, firmar de nuevo en la feria del libro, me toca la librería Antonio Machado, que son muy amigos, era mi librería cuando vivía en Madrid y aún sigo manteniendo una cuota, para no sentirme lejos de ellos.