No sé si lo conocéis. Es una pequeña entrevista con el líder del movimiento islandés , el que lo empezó todo. En www.cuartopoder.es
Se me había pasado esto
5 Comments
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No sé si lo conocéis. Es una pequeña entrevista con el líder del movimiento islandés , el que lo empezó todo. En www.cuartopoder.es
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Aún a riesgo de parecer un esnob allá va:
El ejemplo Islandés me parece estupendo y todo lo que se puda aprobechar de su experiencia bienvenido sea, pero veo diferencias( y seguro que hay más, incluso más importantes y que desconozco) con España y seguramente con el resto de paises occidentales que creo que nos lo ponen a nosotros más dificil:
-Son solo 200 y pico mil habitantes, practicamente se conocen personalmente entre ellos y la cercanía personal a los políticos es incomparable con la nuestra.
– Es mas fácil y rápido poner de acuerdo a 200.000 que a 45 millones.
-Es un pueblo con un nivel cultural medio mucho mas alto que el nuestro. La gente está informada, le gusta estarlo y tiene criterio.
– Las diferencias económicas, el salto entre clases, es muchísimo mas reducido que aquí, y los islandeses pobres, o por debajo del límite de la pobreza, y «pobreza» de la de allí( con las implicaciones sobre todo culturales y de exigencia que conlleva) practicamente no existen.
De acuerdo Fernando, somos 45 millones.Pero ALGO, se podrà hacer!! porque esto resulta cada vez màs deprimente.Ya hay un movimiento, y estamos despiertos!!!….con lo cual,no les dejaremos dormir!!
paloma.
He dicho dificil, no imposible.
Creo que, como decís, si hay algunas diferencias.
Yo pienso que una importante es la de la actitud.
Aquí somo anárquicos y no nos gusta que a nuestros vecinos les vaya bien. Con eso está dicho casi todo.
Nos hemos quedado sin clase media, que es la que mejor puede ayudar a los gobiernos en la búsqueda de un equilibrio social.
Y, a veces, también somos un poco primarios, gritones y pasivos en vez de ser reflexivos y activos.
Sigue habiendo dos Españas y esa fractura aún nos separa más.
Y luego, no olvidemos, está el clima mientras aquí callejeamos allí están en casa calentitos estudiando.
Qué gusto da ver que hay gente a la que le va muy bien la vida y sienten una especie de obligación con el resto de los humanos, eso que llamamos solidaridad, echar una mano y ayudar a que los demás puedan estar tan bien como ellos. La generosidad de prestar el tiempo y el esfuerzo a los otros, a mí me parece algo hermosísimo.
Lo bueno de este movimiento del 15M es que se ven muchos brotes de fraternidad como el frenar los deshaucios y otros gestos solidarios y es como darle la vuelta a toda la publicidad que nos inunda, que intenta separarnos fomentando la competitividad y el egoísmo. Otra forma de relacionarnos es posible.