Veréis, hoy nos estamos preparando para el último bolo y la jefa tiene la cabeza como un torbellino. Me ha pedido que os ruegue paciencia porque hoy mismo se va para Santander -bueno, nos vamos: me arrastra con ella-, que le aparece mucho lo de la Menéndez y etc., y que no va a poderse conectar porque tiene que adelantar artículos.

Perdonadla, porque es por su bien y también por el mío: quiere crear adicción a mí, y por eso va por ahí sin parar, largando y haciendo amigos. En cuanto vuelva las cosas tomarán su debido cauce. Anoche la vi poner la TCM. Entró con «To be or not to be», de Lubistch, ya bien mediada, y la oí exclamar: «¿Por qué siempre me sale cuando están con el chiste de que Hitler será recordado como un queso?». Pero se rió mucho, como siempre le pasa. Os manda besos.