Bueno, auque soy un chico me gustaría opinar. Pienso que la opción de trabajar tendría que ajustarse a la necesidad de cada persona y sobre todo a la voluntariedad de la misma. Conozco mujeres que tienen que trabajar para pagar las facturas de los caprichos de la familia (no por voluntad/necesidad), conozco a otras que trabjar supone una liberación de la familia durante unas horas y también conozco quien quiere y no puede. Creo que es muy ingrato que la mujer que trabaja fuera, tenga que hacer casi el 100% de las tareas de la casa y cuidado de hijos. Mi solución fué quedarme soltero y vivir mi vida lo mejor que puedo, ayudando a mis hermanas en lo que puedo, llámese quedarme con los peques hasta un café para que me cuenten sus penas…
Rebeca 27 agosto, 2011 en 12:33
Muchas mujeres trabajan más de la cuenta, eso seguro…
Concha Pérez 27 agosto, 2011 en 13:31
¿mi opinión? Leyendo el artículo parece que estemos abocadas a uno de tres posibles escenarios: ser virgen de Gadafi o su concubina, ser madre y santa esposa y no trabajar en occidente o ser mujer trabajadora y multiatareada con el resto de encomiendas de la familia. Pero ¿realmente no ve otras opciones? Yo soy mujer trabajadora en occidente desde los 16 años porque quiero (y porque no soy millonaria, claro está, en cuyo caso no habría sido asalariada). En ese tiempo he podido ser adolescente trabajadora y estudiante, joven trabajadora y estudiante, mujer trabajadora y con casa propia y pareja, madre trabajadora y con pareja… y espero el futuro de madre trabajadora y con pareja sin hijos en casa, por ejemplo. Trabajar y atender a los hijos y otras obligaciones propias de la vida es duro, pero NO es obligación exclusiva de las mujeres. En mi caso, todas las tareas – y cuando digo todas quiero decir todas: comprar, guisar, poner lavadoras, planchar, cuidar a las niñas, llevarlas al médico, …..- han sido compartidas por mi pareja (que es hombre, aclaro) y por mí. Es lo natural. No habríamos entendido que uno de nosotros tuviera la «obligación» indiscutible de ocuparse de alguna de estas tareas por determinación «genética» o «cultural». Las decisiones las hemos tomado en conjunto y nos hemos considerado a nosotros mismos dos personas con igualdad de derechos, incluso en la pareja. Es cierto que en la sociedad actual parece que a la mujer se la ha «engañado» porque ha accedido al mundo laboral y encima tiene que seguir haciendo las labores que tradicionalmente desempeñaba, pero eso será en los casos en que ni la mujer ni los hombres que la rodean se hayan parado a pensar en lo que significa la convivencia y el desarrollo personal. Esta falta de reflexión o de clara filosofía de la vida ha sido aprovechada, como siempre, por los «mercados», que se les llama ahora, para hacernos creer que necesitamos el sueldo de los dos componentes de una pareja para poder llevar una vida con un mínimo de comodidades y esto ha llevado en algunos casos a familias en las que ambos padres trabajan largas jornadas, hijos con poco tiempo para estar en familia y aprender de sus padres las cosas importantes de la vida y perpetuación de los «roles» típicos femeninos y masculinos de una sociedad ya pasada. Me pido una sociedad en la que todos trabajemos para desarrollar nuestras capacidades o nuestros gustos y para contribuir con algo al bien común, en la que tengamos tiempo libre para disfrutar de otras cosas que también nos gustan, incluyendo la crianza de los hijos y la amistad, en la que todos seamos capaces de hacer todo lo necesario para nuestra vida diaria, de forma autónoma y autosufiente si queremos y en la que tengamos lo necesario para vivir sin estrecheces. En ese caso no importará si somos hombres o mujeres. Salud
DANI 27 agosto, 2011 en 14:48
…»-Digame profesora : ¿Por qué algunos nacieron para mandar y otros para obedecer?-dijo un día el príncipe de Siam. -Yo no puedo responderle eso , su majestad , pero lea este libro y encontrará la respuesta -dijo la Maestra «…( de la Película «Ana y el Rey»)»
Mi opinión: dos lecturas, cual «La cabaña del Tio Tom»
Algeciras 27 agosto, 2011 en 17:50
Muy deacuerdo contigo Concha, has tocado algo importante que me gustaría que un día saliera a flote como es el trabajo de la amistad. ¡Qué está pasando con la amistad?,
zorfelisa 27 agosto, 2011 en 18:14
Pues mi trabajo fuera de casa siempre ha sido para prevenir «mi día de mañana». No me hubiera importado estar en casa y me gustan las tareas del hogar, el cuidado de la familia, siempre que ese trabajo hubiera sido remunerado o por el que se hubiera cotizado para que en la jubilación el ama de casa no estuviera condenada a compartir la pensión jubilación de su pareja con la pobre vida que ello representa en muchos casos o que se quedara en un subsidio de supervivencia caso de viudedad. Amén de otras cuestiones que te da la vida profesional como tener tu propia economía caso de no funcionar el matrimonio. Que la vida es muy dura.
Raúl Fernández Justo 27 agosto, 2011 en 18:15
Con tu permiso Maruja, quiero compartir aquí este vídeo que me acaba de enviar mi hermana Toñi desde España el día de hoy…Hay mucho de lo que pienso y afirmo con rotundiad. Una disculpa anticipada por la intromisión. http://youtu.be/GQUXzxggN6I
NB 27 agosto, 2011 en 18:43
No me provoca mucho, la verdad. Me provocan más otros de Sudáfrica, Oriente Medio/Magreb -por poner un ejemplo geográfico similar. También me provoca más ver las fotos que veo de cadáveres. Y las ‘tontifotos’ de los rebeldes en el palacio. Me provocan más algunos caretos de los armados por ahí.
Como he leído un pedazo de autocontrol por aquí, creo que también provoco yo (eso no siempre lo controlo) y me provoco a mí mismo (esto no quiero explicarlo).
En definitiva, no me interesa el texto éste de Carlin en concreto -otros me gustan bastante y mucho-. Pero sí me intriga que tú lo pongas y a ti te provoque. Por eso creo recordar lo que contaste con una entrevista con el mentado fugitivo.
Lo que dicen de amistad aquí también me gusta e interesa. Saludos.
L.R. 27 agosto, 2011 en 21:25
No se si trágico pero desde luego da que pensar, será el muro contra el que nos chocamos o el techo que no levantamos pero no encontramos la salida. Si te dedicas a tu trabajo ( y te valoran que a veces hasta lo hacen) abandonas tu vida familiar, si te dedicas a tu familia ( lo más seguro es que no te valoren )abandonas tu trabajo o el te abandona a ti y si te dejas llevar y decides que no vas a renunciar, acabas odiando a ambos.Sabemos que aquello que elijamos lo vamos a tener que soportar solas,acompañadas o no de alguien que te dará alegrias o más problemas. Qué como nos hemos metido en esto? Tiene salida el laberinto? no sé pero virgen y con uniforme…
Raúl Fernández Justo 28 agosto, 2011 en 8:59
Las vírgenes uniformadas de Gadafi ¿lo eran por decisión propia?(me refiero a ambas cosas;la virginidad como «cualidad» para el «cargo»y el uniforme como «formalidad»para el mismo). De ser así que bien para ellas…Yo me inclino a pensar en que hay mucho de coacción y amenaza para que esto sea así. Comparar a las mujeres occidentales que, sin duda,han alcanzado un grado de independencia total y una equiparación casi total con los hombres, con unas «azafatas»uniformadas que formaban una corte ridícula y totalmente folclórica,me parece poco serio. Que falta mucho por conquistar,sin duda…pero»hágame usted el favor».
Txomin Goitibera 28 agosto, 2011 en 11:09
En cualquier caso, ¿a quién, sea del sexo que sea, no le molestan las cargas laborales? Todos estaríamos dispuestos a dejar de trabajar a una edad más temprana que en la que lo podemos hacer y dedicarnos a nuestras aficiones.
Me niego, a estas alturas de milenio, a reflexionar sobre la conveniencia del trabajo de las mujeres y nuestras voluntades, dirigidas… Nuestro trabajo es incuestionable, irrenunciable y desgraciadamente recurrente en momentos de crisis. Otra cosa es el reparto de tareas para conciliar la vida laboral personal y familiar. Y ahí entramos mujeres y hombres…sobre todo ellos.
Ando por aqui Maruja…gracias por tus sugerencias informativas, me encanta tu brújula.
Besitos:
Isabel
AntonioR. 1 septiembre, 2011 en 22:24
Hola Maruja Acabo de llegar de vacaciones,y me estoy poniendo al dia en tu blogg,desde el Moragas a este articulo de Carlín estoy de acuerdo a lo comentado por el resto de los lectores blogueros,además soy padre que he criado al 50% a mis hijos,tanto en» las labores propias del sexo»(cual?)como el cuidado de los niños,hoy adultos comprometidos con lo cotidiano,buenos hijos y buenos ciudadanos,hemos trabajado los dos padres en nuestras profesiones elegidas libremente,seguimos haciendolo y contentos (no con las reducciones del salario,ni la perdida de las conquistas sociales)pero ya en aquel tiempo (año 1982)no era de recibo que una mujer se quedara en la casa y con la pata quebrá,como decía la publicidad de virginia slim «has recorrido un largo camino,muchacha»,como para quedar encerrada en casa, sin otro objetivo que hacerse mujer.
Bueno, auque soy un chico me gustaría opinar. Pienso que la opción de trabajar tendría que ajustarse a la necesidad de cada persona y sobre todo a la voluntariedad de la misma. Conozco mujeres que tienen que trabajar para pagar las facturas de los caprichos de la familia (no por voluntad/necesidad), conozco a otras que trabjar supone una liberación de la familia durante unas horas y también conozco quien quiere y no puede. Creo que es muy ingrato que la mujer que trabaja fuera, tenga que hacer casi el 100% de las tareas de la casa y cuidado de hijos. Mi solución fué quedarme soltero y vivir mi vida lo mejor que puedo, ayudando a mis hermanas en lo que puedo, llámese quedarme con los peques hasta un café para que me cuenten sus penas…
Muchas mujeres trabajan más de la cuenta, eso seguro…
¿mi opinión? Leyendo el artículo parece que estemos abocadas a uno de tres posibles escenarios: ser virgen de Gadafi o su concubina, ser madre y santa esposa y no trabajar en occidente o ser mujer trabajadora y multiatareada con el resto de encomiendas de la familia. Pero ¿realmente no ve otras opciones?
Yo soy mujer trabajadora en occidente desde los 16 años porque quiero (y porque no soy millonaria, claro está, en cuyo caso no habría sido asalariada). En ese tiempo he podido ser adolescente trabajadora y estudiante, joven trabajadora y estudiante, mujer trabajadora y con casa propia y pareja, madre trabajadora y con pareja… y espero el futuro de madre trabajadora y con pareja sin hijos en casa, por ejemplo.
Trabajar y atender a los hijos y otras obligaciones propias de la vida es duro, pero NO es obligación exclusiva de las mujeres. En mi caso, todas las tareas – y cuando digo todas quiero decir todas: comprar, guisar, poner lavadoras, planchar, cuidar a las niñas, llevarlas al médico, …..- han sido compartidas por mi pareja (que es hombre, aclaro) y por mí. Es lo natural. No habríamos entendido que uno de nosotros tuviera la «obligación» indiscutible de ocuparse de alguna de estas tareas por determinación «genética» o «cultural». Las decisiones las hemos tomado en conjunto y nos hemos considerado a nosotros mismos dos personas con igualdad de derechos, incluso en la pareja.
Es cierto que en la sociedad actual parece que a la mujer se la ha «engañado» porque ha accedido al mundo laboral y encima tiene que seguir haciendo las labores que tradicionalmente desempeñaba, pero eso será en los casos en que ni la mujer ni los hombres que la rodean se hayan parado a pensar en lo que significa la convivencia y el desarrollo personal.
Esta falta de reflexión o de clara filosofía de la vida ha sido aprovechada, como siempre, por los «mercados», que se les llama ahora, para hacernos creer que necesitamos el sueldo de los dos componentes de una pareja para poder llevar una vida con un mínimo de comodidades y esto ha llevado en algunos casos a familias en las que ambos padres trabajan largas jornadas, hijos con poco tiempo para estar en familia y aprender de sus padres las cosas importantes de la vida y perpetuación de los «roles» típicos femeninos y masculinos de una sociedad ya pasada.
Me pido una sociedad en la que todos trabajemos para desarrollar nuestras capacidades o nuestros gustos y para contribuir con algo al bien común, en la que tengamos tiempo libre para disfrutar de otras cosas que también nos gustan, incluyendo la crianza de los hijos y la amistad, en la que todos seamos capaces de hacer todo lo necesario para nuestra vida diaria, de forma autónoma y autosufiente si queremos y en la que tengamos lo necesario para vivir sin estrecheces. En ese caso no importará si somos hombres o mujeres.
Salud
…»-Digame profesora : ¿Por qué algunos nacieron para mandar y otros para obedecer?-dijo un día el príncipe de Siam.
-Yo no puedo responderle eso , su majestad , pero lea este libro y encontrará la respuesta -dijo la Maestra «…( de la Película «Ana y el Rey»)»
Mi opinión: dos lecturas, cual «La cabaña del Tio Tom»
Muy deacuerdo contigo Concha, has tocado algo importante que me gustaría que un día saliera a flote como es el trabajo de la amistad. ¡Qué está pasando con la amistad?,
Pues mi trabajo fuera de casa siempre ha sido para prevenir «mi día de mañana». No me hubiera importado estar en casa y me gustan las tareas del hogar, el cuidado de la familia, siempre que ese trabajo hubiera sido remunerado o por el que se hubiera cotizado para que en la jubilación el ama de casa no estuviera condenada a compartir la pensión jubilación de su pareja con la pobre vida que ello representa en muchos casos o que se quedara en un subsidio de supervivencia caso de viudedad. Amén de otras cuestiones que te da la vida profesional como tener tu propia economía caso de no funcionar el matrimonio. Que la vida es muy dura.
Con tu permiso Maruja, quiero compartir aquí este vídeo que me acaba de enviar mi hermana Toñi desde España el día de hoy…Hay mucho de lo que pienso y afirmo con rotundiad. Una disculpa anticipada por la intromisión.
http://youtu.be/GQUXzxggN6I
No me provoca mucho, la verdad.
Me provocan más otros de Sudáfrica, Oriente Medio/Magreb -por poner un ejemplo geográfico similar. También me provoca más ver las fotos que veo de cadáveres. Y las ‘tontifotos’ de los rebeldes en el palacio.
Me provocan más algunos caretos de los armados por ahí.
Como he leído un pedazo de autocontrol por aquí, creo que también provoco yo (eso no siempre lo controlo) y me provoco a mí mismo (esto no quiero explicarlo).
En definitiva, no me interesa el texto éste de Carlin en concreto -otros me gustan bastante y mucho-.
Pero sí me intriga que tú lo pongas y a ti te provoque. Por eso creo recordar lo que contaste con una entrevista con el mentado fugitivo.
Lo que dicen de amistad aquí también me gusta e interesa.
Saludos.
No se si trágico pero desde luego da que pensar, será el muro contra el que nos chocamos o el techo que no levantamos pero no encontramos la salida.
Si te dedicas a tu trabajo ( y te valoran que a veces hasta lo hacen) abandonas tu vida familiar, si te dedicas a tu familia ( lo más seguro es que no te valoren )abandonas tu trabajo o el te abandona a ti y si te dejas llevar y decides que no vas a renunciar, acabas odiando a ambos.Sabemos que aquello que elijamos lo vamos a tener que soportar solas,acompañadas o no de alguien que te dará alegrias o más problemas.
Qué como nos hemos metido en esto? Tiene salida el laberinto? no sé pero virgen y con uniforme…
Las vírgenes uniformadas de Gadafi ¿lo eran por decisión propia?(me refiero a ambas cosas;la virginidad como «cualidad» para el «cargo»y el uniforme como «formalidad»para el mismo). De ser así que bien para ellas…Yo me inclino a pensar en que hay mucho de coacción y amenaza para que esto sea así. Comparar a las mujeres occidentales que, sin duda,han alcanzado un grado de independencia total y una equiparación casi total con los hombres, con unas «azafatas»uniformadas que formaban una corte ridícula y totalmente folclórica,me parece poco serio. Que falta mucho por conquistar,sin duda…pero»hágame usted el favor».
En cualquier caso, ¿a quién, sea del sexo que sea, no le molestan las cargas laborales? Todos estaríamos dispuestos a dejar de trabajar a una edad más temprana que en la que lo podemos hacer y dedicarnos a nuestras aficiones.
Pero hablando de Gadafi y las mujeres, he aquí su amor secreto: http://www.vanguardia.com.mx/encuentranlasfotossecretasdelosamoresdegadafi-1076890.html
Me niego, a estas alturas de milenio, a reflexionar sobre la conveniencia del trabajo de las mujeres y nuestras voluntades, dirigidas… Nuestro trabajo es incuestionable, irrenunciable y desgraciadamente recurrente en momentos de crisis. Otra cosa es el reparto de tareas para conciliar la vida laboral personal y familiar. Y ahí entramos mujeres y hombres…sobre todo ellos.
Ando por aqui Maruja…gracias por tus sugerencias informativas, me encanta tu brújula.
Besitos:
Isabel
Hola Maruja
Acabo de llegar de vacaciones,y me estoy poniendo al dia en tu blogg,desde el Moragas a este articulo de Carlín estoy de acuerdo a lo comentado por el resto de los lectores blogueros,además soy padre que he criado al 50% a mis hijos,tanto en» las labores propias del sexo»(cual?)como el cuidado de los niños,hoy adultos comprometidos con lo cotidiano,buenos hijos y buenos ciudadanos,hemos trabajado los dos padres en nuestras profesiones elegidas libremente,seguimos haciendolo y contentos (no con las reducciones del salario,ni la perdida de las conquistas sociales)pero ya en aquel tiempo (año 1982)no era de recibo que una mujer se quedara en la casa y con la pata quebrá,como decía la publicidad de virginia slim «has recorrido un largo camino,muchacha»,como para quedar encerrada en casa, sin otro objetivo que hacerse mujer.