………..y a mì!!!………..y me joe (el español no el americano), que me bajen de la nube,con lo romantico y bonito que estaba el relato y !!!zàs!!! la realida,……todo estaba preparado. paloma.
AnnaGB 27 agosto, 2011 en 17:11
Yo creo que esta ficción es pura realidad en la mayoría de las visitas que hacemos a zocos, sea cual sea el país donde estén. Qué bien lo describe
NB 27 agosto, 2011 en 18:11
Me ha gustado mucho el final. Me he imaginado una de esas escenas que recrea Giardino, como en La Puerta de Oriente. Costumbrista a tope.
Raúl Fernández Justo 28 agosto, 2011 en 8:13
Mónica G. Prieto. No deja de sorprenderme. Desde luego la «vena» de periodista de primera la tiene, pero como escritora de relatos ha sido una sorpresa agradabilísima. La recreación de la átmosfera agobiante, empañada de la decepción inicial y la angustia exasperante de la protagonista, se ve culminada con un final sorprendente y encantador. Me gustó. El niño encarna a la perfección las cualidades y debilidades-digo así-de los árabes desde el punto de vista occidental: hospitalidad,dulzura,ternura,nobleza; al tiempo que una innegable picaresca,desenvoltura y habilidad para los negocios. Un fino retrato magníficamente escrito.
………..y a mì!!!………..y me joe (el español no el americano), que me bajen de la nube,con lo romantico y bonito que estaba el relato y !!!zàs!!! la realida,……todo estaba preparado.
paloma.
Yo creo que esta ficción es pura realidad en la mayoría de las visitas que hacemos a zocos, sea cual sea el país donde estén. Qué bien lo describe
Me ha gustado mucho el final. Me he imaginado una de esas escenas que recrea Giardino, como en La Puerta de Oriente. Costumbrista a tope.
Mónica G. Prieto. No deja de sorprenderme. Desde luego la «vena» de periodista de primera la tiene, pero como escritora de relatos ha sido una sorpresa agradabilísima. La recreación de la átmosfera agobiante, empañada de la decepción inicial y la angustia exasperante de la protagonista, se ve culminada con un final sorprendente y encantador. Me gustó. El niño encarna a la perfección las cualidades y debilidades-digo así-de los árabes desde el punto de vista occidental: hospitalidad,dulzura,ternura,nobleza; al tiempo que una innegable picaresca,desenvoltura y habilidad para los negocios. Un fino retrato magníficamente escrito.