Acabo de saber lo de Aguirre y, como de costumbre, me tira el escepticismo. Vamos a ver. De entrada, me huelo que la bronca con Rajoy ha sido fina. Ahora esperará  que las masas populares la suban al altar. Estoy en el aeropuerto de viena, dentro de hora y media dejo el Imperio austro-húngaro y regreso a casa.