Ya tenéis a Fiskie en donde debe estar. Qué error más tonto. No lo repasé porque salí escopeteada, tras escribir la columna de mañana, a desahogarme haciendo piscina, seguida de un Corte Inglés terapéutico.
CORREGIDA LA ENTRADA «EL CONFLICTO SIRIO»
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Caray Maruja, qué envidia me das…¡un Corte Inglés terapéutico! Es la última terapia a la que recurriría. Los grandes almacenes siempre han sido para mí un lugar de aturdimiento y perdición. Procuro evitarlos…y desde luego después de «hacer piscina» ir al Cortinglés, sería una penitencia, por haber disfrutado tanto en la piscina…
Yo muy de vez en cuando necesito una dosis de Corte Inglés o similar. Pueden pasar meses de una vez a otra, pero también me ha sido terapéutico, precisamente, para dejar de pensar. Aunque del mismo modo que entro entusiasmada cuando decido ir, de repente, me entra el agobio y he de salir volando.
Lydia, tienes razón. Pero lo que a mí me ocurre es que dejo de pensar con mucha frecuencia, dejo la mente en estado de unión con el universo y si se me ocurre ir al «mundo» donde todas las cosas se pueden encontrar, me sacan de mi estado de bienestar y me obliga a pensar, porque tengo que tomar decisiones continuamente ¡qué agobio!. Si algún día os digo que he ido a la estantería de los yogures, podeis llegar a la conclusión de que me he vuelto definitiavamente loca o que he entrado en razón (que ya era hora)…No sé. De momento lo que hago es actuar como una Señora. Y digo al mandao: «quiero un yogur tal y tal». Respuesta: «están alli». Contesto: «ya lo se pero yo allí no voy, Me pierdo, entre tanta variedad. ¿Me lo podría traer usted mismo o misma? Gracias».