«El enemigo es la pérdida de respeto y de confianza en las instituciones». He ahí el meollo de la cuestión. La percepción externa es que se está produciendo una desconfianza, y una auténtica animadversión hacía todo lo que emana del Parlamento como nunca en la historia de la reciente democracia española. No son los recortes, no son los errores al gobernar; son las actitudes las que enervan al conjunto de la ciudadanía. Un Parlamento que vacía su contenido incomprensiblemente; sin explicaciones, sin debates, sin alternativas,sin soluciones eficaces. La oposición sigue «a piñón fijo» lo que el decreto de turno(aprobado por mayoría absoluta desde el gobierno) dicta. No hay distinción entre gobierno y oposición. Esto es,cuando menos, insólito.
javier 2 octubre, 2012 en 7:19
Hoy la columna radiofónica de Soledad ha sobrepasado la raya que limita el buen periodismo del excelente. La titula «El sentido de lo tolerable».
«El enemigo es la pérdida de respeto y de confianza en las instituciones». He ahí el meollo de la cuestión. La percepción externa es que se está produciendo una desconfianza, y una auténtica animadversión hacía todo lo que emana del Parlamento como nunca en la historia de la reciente democracia española. No son los recortes, no son los errores al gobernar; son las actitudes las que enervan al conjunto de la ciudadanía. Un Parlamento que vacía su contenido incomprensiblemente; sin explicaciones, sin debates, sin alternativas,sin soluciones eficaces. La oposición sigue «a piñón fijo» lo que el decreto de turno(aprobado por mayoría absoluta desde el gobierno) dicta. No hay distinción entre gobierno y oposición. Esto es,cuando menos, insólito.
Hoy la columna radiofónica de Soledad ha sobrepasado la raya que limita el buen periodismo del excelente. La titula «El sentido de lo tolerable».