A mediodía salimos hacia el nuevo paseo a orillas del Manzanares. Un buen paseo, poca gente, muchos de puente, supongo. Nos acercamos a casa Mingo: tremenda cola, contemplando a los que comían como un pelotón de fusilamiento observaría a sus víctimas. Ferozmente. Decidimos salir del barrio. A Julia se le ocurrió un restaurante que le gusta mucho, y hacia allá nos dirigimos, cruzando los dedos -yo: ella conducía- para que estuviera abierto en sábado, y que hubiera mesa. Todo funcionó estupendamente, y fue una sabia decisión. Os cuento por qué.
El local, gracioso. El camarero que nos tocó, encantador. El vino que nos recomendó, genial: un Rioja cosecha especial Cerdo Volador (ver foto), etiquetado especialmente para recordar a los banqueros que le negaron crédito al bodeguero. La comida, mayoritariamente siciliana, de muerte. Sardinas rellenas, tagliatelli alla spremuta siciliana, alcachofas fritas, pasta con chipironcitos, habas y tomates secos. Ah, y hay medias raciones, lo cual es ideal, son muy completas…. Sólo me falta el nombre: Mercato Ballaro, en Santa Engracia, 24. Estupendo.
Lo mejor de todo es que, en otra mesa, estaba un señor que a mí me recordaba mucho a Luis Megino, el productor de La mitad del cielo, y de muchísimas otras películas -gran parte, con Manolo Gutiérrez a la dirección: pinchando en su nombre lo sabréis-, a cuyos rodajes yo iba a informar cuando trabajaba en aquel maravilloso Fotogramas de los 70. Mientras me lo preguntaba, de otra mesa se levantó -poco, porque es muy bajito- nada menos que el gran fotógrafo Jordi Socias, compañero también en muchas aventuras, y con quien trabajé por última vez hace unos años, cuando hicimos a John Le Carré en su casa de Cornualles. En fin, que todos nos reconocimos, nos abrazamos, brindamos y nos hicimos una foto y promesas de seguir en contacto. Con ambos, dos viejas amigas: Emilia, cuyo apellido ahora mismo no recordaría ni aunque me amenazara el pelotón de Mingo, y Ana Amigo, productora a su vez. Están todos estupendos, y muy de achucharse entre amigos para resistir a estos tiempos bárbaros, que diría Joaquín Estefanía.
Por la noche cené con Quim y Carmen -recuerdos, Paco-, todos muy contentos porque su hija Jara -mi sobrina in pectore- y su novio Philip regresan hoy de Camerun, en donde han estado trabajando en un hospital. Total, que aún me dará tiempo de verles mañana, lo cual constituye un gran regalo, aparte del collar -otro, muy exótico y pelín salvaje- y el chal de auténtica seda china con que me agasajaron.
De vuelta casa, escuché en la radio la noticia de la muerte de Paco Valladares. No la esperaba. Le vi hace pocos meses y estaba estupendo, se sentía estupendo, y se mostró tan cariñoso como siempre. Era un buen tío. En los primeros 80, cuando la ‘movida’, cada madrugada yo solía recalar, en algún momento, en aquel Boccaccio madrileño todavía lleno de vida. Siempre me instalaba en la mesa que, majestuosos, presidían Paco y María Asquerino, y a la que con frecuencia se sentaban otros cómicos: Amparo Baró, Alicia Hermida… Un abrazo desde el teatro del mundo, Valladares.
Y aquí va un pequeño reportajillo.
Me alegro de que disfrutaras de tu estancia en Madrid. Siempre es un subidon encontrarse con amigos!
Buena pinta tiene el Gran Cerdo Volador, seguro que estaba riquísimo. Me alegro que lo pasaras bien en los madriles. Felicidades por el cumple. Ando con «Sunset Park» de Auster e inmediatamente después ataco su «Diario de invierno», que ya tengo ganas de leer ese autoretrato de un escritor de sesenta y pico (bueno, como tú eh?) y así me pongo al día con él, digamos que tengo la gran suerte de haber disfrutado toda su genial obra hasta aquí…
Venga, que siga el Buen Rollito Vital. Buen domingo, gente.
Querida Maruja, me he acordado mucho de tí últimamente – hemos estado en Gambia Per y yo, y en la zona turística de la costa hay varios restaurantes libaneses donde se puede fumar narguile y todo. La presencia libanesa es fuerte en todo el Oeste de Africa (varios tíos de mi hija estuvieron trabajando en Kinshasa en los años ochenta y noventa por ejemplo).
Per daba clases de literatura inglesa en la universidad de Gambia en un programa de intercambio – ojalá lo haga de nuevo el año próximo, porque nuestra experiencia fue muy buena! Un beso, Ellinor
Cada vez aparecen más amigos y conocidos, Maruja. Ahora , ni más ni menos que mi amigo Jordi Socías. Sigue el Buen Rollito Vital. ¡Qué bien!
Un beso
Esta noche te toca cenar con agua, de marca «peces gordos».
Maruja: lindo reportaje. Ya veo que te lo pasas muy bien. Las fotos, todas muy chulas pero la del espejo y la del grupo con esa rebeca verde, estás super-guay. Gracias por compartir.
Oh. ¡las foticas!. De una primera visualización hay que destacar lo siguiente; mientes,Maruja. Tras lo cual, procedo a un meticuloso e implacable desmenuzamiento de tu, por otra parte, encantador reportaje.
La primera foto me gusta; el palacio y La Plaza de España bien lejitos(por aquello de los nefandos recuerdos…). Después, y como en el juego de la Oca( en este caso patos)» de puente a puente y tiro por que me arrastra la corriente»-es decir chulada de foto en el puente y chulada de foto en la plaza(¿viste la escudriñadora mirada de la que, a tu espalda, observa la escena recién fotografiada? Las fotos intermedias ni fu ni fa( aún recuerdo a la Boetyia tratando de explicar lo de las gaviotas reideras del Manzanares…).
Segunda Parte;la enjundia. Aquí sí está lo bueno…La foto del autorretrato del Ave parece de una película futurista de Stanley Kubrick…(sólo falta la azafata bocabajo acercándote el Martini Dry). Me gusta. En cuanto a tu querido Paul Auster decir que precisamente ayer lo entrevistaron(muy interesante) en TVE en el programa «Página 2, muy a propósito de el libro que estás leyendo.¿y pal ipad verde pistacho? Sí, no está mal…La escalera(muy bonito encuadre) y la habitación con vistas bien gracias…Y ahora sí…¡la mentira! Según mis entendederas habías dicho que Diana Dial ya no viajaba contigo…Entonces¿Quién sino es la mujer de «la foto ante el espejo»? Si en vez de la «leika» pones una «magnum» en sus manos,aparece indefectiblemente Diana Dial. Así pues, a mentir al Vaticano( es broma Maruja). Espectacular el salón y muy gracioso(y significativo) el cerdo volador. En cuanto a tu amiga Julia agradecerle que te mime y te cuide(bueno, y tu a ella). En estos tiempos de arteras puñaladas es bueno saber quien te cubre las espaldas y de quien puedes recibir buenos apapachos. En cuanto a la del restaurante tiene su punto de gracia…¿no sé si te das cuenta que Maruja Torres va, literalmente, «incluida» en el menú…Leyendo de arriba abajo terminas siendo…¿el exquisito postre del menú?
Por fin, mi favorita. La última, en mogollón, como compendio de todo lo anterior.
Muchas gracias por las fotos. Felices amistades.
Maruja, eres la mejor. No se me ocurre como felicitarte el cumpleaños, porque despues de lo de Txomin y las afueras de Bilbao todo lo que diga se queda pequeño. De Luis Megino recuerdo haberle escuchado hace la tira en una mesa redonda, creo que con Mendez Leite, en un Colegio Mayor de Madrid, creo que el Chaminade. Era cuando lo de El crimen de Cuenca y el proceso a Pilar Miró. Recuerdo de Megino que era un señor con la cabeza muy, pero que muy bien amueblada.
Buen Libro, buena compañia, buen vino….¿que mas se puede pedir?
Acabo de descubrir tu blog, Maruja, y me ha parecido todo un hallazgo. Debo reconocer que últimamente no te leo tanto como en otros momentos, pero me he animado, ya ves qué tontería, al leer , ver las fotografías tan ilustrativas y oírte hablar así de tus amigos. Y me han venido a la memoria tantos buenos ratos pasados con tus artículos y los libros que has escrito. Feliz cumpleaños. Y recuerdo también el artículo que publicaste en El País cuando cumpliste los cincuenta, esa edad tan importante -eso creíamos- . Yo también los cumplí después, pero estoy encantada.
Estás por mi antiguo barrio. Viví durante 8 años junto a la plaza de Olavide y, la verdad, lo echo mucho de menos… por eso lo visito con frecuencia. Te recomiendo que, si puedes, te des una vueltecita por el Mercado de San Antón en Augusto Figueroa, el ambiente zascandil de Fuencarral y aldeaños entre Bilbao y Gran Vía y, de la plaza de San Ildefonso, echar un looki a Cartulinas de la Riva. Soledad Puértolas tenía un bar muy gracioso en la calle de Apodaca (El bandido doblemente armado)… pero ya no existe; sin embargo en esa calle hay una peluquería genial, Le Salon de Apodaca, donde además de ponerte monísima pasas un rato divertido. En Hortaleza hay alguna droguería antigua donde puedes encontrar cosas sorprendentes. Y la calle Espíritu Santo, perfecta para dar una vuelta y curiosear a cualquier hora; la del aperitivo es genial. Diviértete, guapa.
Gracias por compartir tu escapada madrileña. Me gustan esos edificios con tejados que hay en Madrid, le dan un aire de calma, como de pueblo en medio de la vorágine. Apunto el restaurante ya que tengo en mente acercarme antes del verano, ni que sea un par de días. Maruja, es una buena costumbre celebrar el cumple fuera de casa (el año pasado, creo que fué Roma).
Petonets y apapachos.
No muy lejos de esa parte del extrarradio hay una calle que se llama «Válgame Dios». Sólo por el nombre ya vale la pena visitarla. Feliz estancia.
Maruja ¿sabes?, todo el reportaje fotografico es sencillamente buenisimo, pero lo que mas te agradezco es el paso de cada foto,una a una, cada sitio lo reconozco,y lo hecho mucho de menos y me gusta y ……..!! nada que me ha dado un ataque de nostalgia del carajo!!!, por eso tengo que colocarme de nuevo a nivel suelo, y pensar,………..que me fui de Madrid porque ente otras cosas solo me permitia vivir en el extraradio, y todas esas zonas maravillosas , las visitaba como una guiri mas,intocables e invivibles (por su precio),aun recuerdo un apartamen to de 47m2, y 390.000 €. Un millon de besotes y muchas gracias por cuidarnos asi de esta manera!!!!……….y por cierto estas que te sales de guapa!!!!! paloma.
Paloma: Es bueno sentir nostalgia(que no melancolía). Un apapacho pa ti.
Aracne: Tienes otro «emilio». «Thanks» Maruja…
Entrañablecumpleañomadrileño.
Preciosa escalera y magnífica foto. Mansedumbre luz de farolas en la plaza. Cómplice compañía de experiencias pasadas y vivitas y coleando. Y copas de vino para espabilar los letargos.
Compartiendo al profundo Auster en el «Diario de Invierno».
Que por muchos años nos puedas colgar las fotos de tus cumples, guapísssssima!!
Maruja, ¡ Vá por tí!. Feliz, Feliz cumpleaños. Estos dias no «he podido estar por aquí» mentalmente. Pero ya he vuelto.
Representas la juventud de 69 años impactantes: Moderna, inteleigente, y con toda la vida por detrás y toda la vida por delante. Que la disfrutes tanto como sabes y puedes .
Un abrazo.
Uhh, y ahora que me fijo, conozco el restaurante…
siempre es un placer leerte y saber que andas por Madrid. Te voy a recomendar un sitio para cuando vuelvas que se come de rechupete a precio de crisis… Fonda la Lechuga, en la C/ lechuga s/n… es una calle muy cortita, no tiene pérdida. Está detrás de la Plaza Mayor… te va a encantar y a lo mejor nos cruzamos
Si «El rayo que no cesa» era un poemario de Miguel Hernandez, el Cerdo que no cesa, es nuestro. Y nos gustaria conocer a todos aquellos que lo beben. Algunas veces perdemos la pista a algunas botellas, pero luego otras reaparecen misteriosamente, como anillas en pastas de aves viajeras, de Marujas Torres…
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