Fíjate, Javier, que no había vuelto a leerme pero que la anécdota y lo que entonces comenté se me habían quedado grabadas de forma indeleble. No así el langostino que, incomprensiblemente, degradé a gamba. Claro que hace tiempo que él también está pelando gusanos.
La anécdota
Un comentario
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La mente humana es algo prodigioso.