Millás, otro componente de esa célula necesaria para la transformación y recuperación de un medio de comunicación que pueda ser compañero de viaje en la transformación necesaria y urgente de una realidad que, en su actual conformación, es insoportable y eróticamente perversa (una perversión alicaida, sin chispa ni gracia porque hay perversiones cupidinales juguetonas que tienen su mucho encanto, pero no es el caso). Uno de los síntomas de las ruinas que se nos vienen encima y que más estoy observando aumentar cada día es la pérdida o achicamiento del deseo. Hay, desde siempre, dos cosas esenciales, que están siendo menoscabadas, hasta extremos indecibles: «aver mantenencia e aver yuntamiento con fembra placentera» e varón poderoso como Venus y Cupido mandan (añado de mi cosecha). Pues bien, se están perdiendo las ganas, como es normal en las condiciones de malavida en las que cada vez más jóvenes y menos jóvenes están sumergidos y en las que han de chapotear, sin esperanza y sin convencimiento… No sé si me explico…Sursum corda y sursum todo…
AnnaGB 12 octubre, 2012 en 15:50
Tiene mucha razón, aquí nuestros bancos son culpables de prestar enloquecidamente a quien, sabían, no podría devolvérselo, para ello necesitó más dinero y lo pidió prestado a bancos extranjeros, alemanes y franceses. Estos últimos, estando en una economía globalizada, sabían lo de la burbuja inmobiliaria y de que cuando pinchara no devolvería el dinero ni dios, luego también se equivocaron (o no?) prestando dinero a los bancos españoles. Sabían de sobras que no lo recuperarían, pero con lo que tienen ganancias y beneficios es con los intereses. Allí como aquí, el sector financiero, nada inocente, está muy mimado. La mayoría de las políticas de los últimos años de la crisis se diseñan para favorecerles.
pasquale 12 octubre, 2012 en 16:43
No, España no es España es Spanien. Me produce risa (mejor que irritabilidad como me producía antes) que estén todo el día con la constitución cuando estos mismos políticos la incumplen constantemente. ¿No habla de derecho al trabajo o vivienda?
Raúl Fernández Justo 12 octubre, 2012 en 20:58
Es tan evidente,tan obvio lo que dice Millás que asusta. No puede haber mayor contundencia y claridad: diáfano como cristal.
Mas claro que el agua!
Millás, otro componente de esa célula necesaria para la transformación y recuperación de un medio de comunicación que pueda ser compañero de viaje en la transformación necesaria y urgente de una realidad que, en su actual conformación, es insoportable y eróticamente perversa (una perversión alicaida, sin chispa ni gracia porque hay perversiones cupidinales juguetonas que tienen su mucho encanto, pero no es el caso). Uno de los síntomas de las ruinas que se nos vienen encima y que más estoy observando aumentar cada día es la pérdida o achicamiento del deseo. Hay, desde siempre, dos cosas esenciales, que están siendo menoscabadas, hasta extremos indecibles: «aver mantenencia e aver yuntamiento con fembra placentera» e varón poderoso como Venus y Cupido mandan (añado de mi cosecha). Pues bien, se están perdiendo las ganas, como es normal en las condiciones de malavida en las que cada vez más jóvenes y menos jóvenes están sumergidos y en las que han de chapotear, sin esperanza y sin convencimiento…
No sé si me explico…Sursum corda y sursum todo…
Tiene mucha razón, aquí nuestros bancos son culpables de prestar enloquecidamente a quien, sabían, no podría devolvérselo, para ello necesitó más dinero y lo pidió prestado a bancos extranjeros, alemanes y franceses. Estos últimos, estando en una economía globalizada, sabían lo de la burbuja inmobiliaria y de que cuando pinchara no devolvería el dinero ni dios, luego también se equivocaron (o no?) prestando dinero a los bancos españoles. Sabían de sobras que no lo recuperarían, pero con lo que tienen ganancias y beneficios es con los intereses. Allí como aquí, el sector financiero, nada inocente, está muy mimado. La mayoría de las políticas de los últimos años de la crisis se diseñan para favorecerles.
No, España no es España es Spanien. Me produce risa (mejor que irritabilidad como me producía antes) que estén todo el día con la constitución cuando estos mismos políticos la incumplen constantemente. ¿No habla de derecho al trabajo o vivienda?
Es tan evidente,tan obvio lo que dice Millás que asusta. No puede haber mayor contundencia y claridad: diáfano como cristal.