La parte buena de la parte mala

Yo soy de las que opinan que la educación es la piedra angular de cualquier transformación social,esto no es idealismo, es pragmatismo. Me lo enseñaron un puñado de profesores con oficio y vocación , de niña. Recomiendo la película «lugares comunes».
Recuerdo el paso del mito al logos como uno de los episodios más interesantes de mi aprendizaje en el instituto. La mente mítica da paso a la explicación racional de los fenómenos ¿no estaremos pasando del logos al mito otra vez?.
Que recorten en armamento, en sueldos inmorales, en inmorales argumentos para defender la patraña sobre la ineludible reducción del gasto público.
Por mucho que me informe cada día me encuentro más desconcertada, pero por mucho que me desconcierte las coordenadas son claras , los cuentos saben mejor cuando tienen alma, cuando son humanos. Moraleja. que la izquierda de Europa se movilice y que lo haga pronto, o los ciudadanos no tendremos tregua.

El erial se atisba en lontananza, se intuye ya como irremediable. Se habla ya inexplicablemente de una generación perdida que,curiosamente es la mejor preparada de la historia. No alcanzo a entender el propósito último de este maldito Gobierno, no alcanzo a comprender esta devastación tan absurda. En efecto ,la educación es uno de los pilares esenciales de cualquier estado que aspire a progresar y alcanzar el desarrollo mínimo que le permita competir en este siglo XXI tan abrupto.Esto de cara al futuro. De cara al pasado está la obligación para con los que ya cumplieron, ya pagaron y ya se sacrificaron para tener una atención digna y adecuada por parte de ese estado, en materia de sanidad o de pensiones. El deterioro palpable en estos tres derecho fundamentales(educación, sanidad y seguridad social), recogidos y desarrollados en la Constitución profusamente, suponen el principio de la desligitimación de este erosionado grupo de ineptos que actúan al borde mismo de la inconstitucionalidad(al igual que actuaron así al desarrollar la reforma laboral que volatilizó derchos fundamentales(incluidos los sindicales recogidos en la mismísima Carta Magna). Al no haber un mecanismo que limite la actuación gubernamental(el Senado que debería ratificar(o rechazar) las medidas más perniciosas del Gobierno; o el Tribunal Constitucional que debería defender los ataques a la Constitución provenientes de las decisiones más contraproducentes del Gobierno) asistimos impotentes a toda clase de medidas,decretos,leyes y despóticas arbitrariedades que no conducen más que a la progresiva destrucción de los logros conseguidos durante décadas enteras. Caídas en picado de las cotizaciones bursátiles, economía en recesión profunda(crecimiento negativo),desconfianza total por parte de los mercados extranjeros, nula inversión pública, aumento alarmante del desempleo, prima de riesgo histórica… Estos son los «resultados» de una mínima parte de la gestión del señor Rajoy y sus innombrables. La hierba tardará mucho en volver a crecer.