Veo que entre los asomadores hay quien ya se ha hecho con la revista Mongolia, una publicación que augura grandes risas y verdades en un tiempo en que hay que luchar contra  todo: de la intemperancia del Gobierno a la indiferencia del personal, pasando por la depresión de los quiosqueros. Aviso para los mongoles que creáis tan brillante suceso editorial: no está en el Fnac de L’Illa, y mi quiosquero, que prácticamente se ha dado a la bebida, en vista de cómo va el negocio, la rechazó y ahora se tira de los pelos porque se la pide mucha gente. ¡Ánimo y a triunfar, colegas!