Me gustaba mucho Lina Canalejas. Y una cosa suya que las crónicas mortuorias soslayan: fue increíblemente sexy y carnal en una epoca en que las mujeres de nuestro cine o eran castas con premio o eran putas empingorotadas y con castigo. Lina era fresca, parecía salida del cine italiano. Quienes no la hayan conocido y admirado -una cosa conducía a la otra- tienen un buen resumen suyo en su magnífica interpretación de la gran película El mundo sigue, de Fernando Fernán-Gómez, que es de una crudeza extraordinaria. Fue una mujer estupenda, Lina. En www.elpais.com