Dice así e incluye petición para firmar:

Excmo. Sr. Xavier Trias i Vidal de Llobatera,
Alcalde de Barcelona,

Hace unos días ha anunciado Ud. que el ayuntamiento ofrecerá a empresas privadas la posibilidad de comprar el nombre de estaciones de Metro de la ciudad, añadiendo su marca al mismo. O sea: que se abre la veda para que pueda quedar con mi chica “a las diez en Donuts Plaça Universitat”, o que me recoja un amigo delante de “Sony Tetuán” o que incluso una tarde me despiste, se me pase “Banc Sabadell Sants” y coja un Bicing en “Movistar María Cristina” para no llegar tarde a una “reu” en “Cola Cao Plaça Espanya”. La excusa es financiar así parte del transporte público. No es mala excusa. Es solo que hay formas mejores de hacerlo. Y que esta… ¡Suena fatal!

Barcelona es una ciudad referente del diseño, la innovación y la creatividad y no se merece un modelo de patrocinio tan simplista. Somos lo que somos porque durante siglos muchas personas han elegido el camino difícil sin conformarse con lo fácil. Es algo que sucede en toda búsqueda: aparece una idea, que no es la mejor. Suele ocurrir al principio. Ni siquiera es buena idea. Entonces, el ser humano tiene dos opciones. 1) Decir “bah, ya está bien” y tirar “p’alante”. 2) Decir “No es de recibo, sigo buscando” y complicarse la vida, sudando la gota gorda hasta que aparece algo bueno.

La ha escrito Ignasi Giró y podéis leerla y adheriros en Yorokobu